Hoy, de nuevo he pasado más de media mañana en Las Tuerces y en Villaescusa. Bicicleta y máquina de fotos, andar y charlar con alguno de sus indígenas. La pequeña aldea me parece uno de los lugares más idílicos que conozco en la Península Ibérica. Por ello quizás, por la maravilla de Las Tuerces y porque está a tiro de piedra de Aguilar de Campóo, ya llevo 40 años conociéndolo, visitándolo y disfrutándolo.
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El paso a nivel que no pueden evitar. El tren les ha dado vida y les ha quitado aquí varias |
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Y una vieja barca... que navegaría por el Pisuarga de al lado. |
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El nuevo puente peatonal, casí única obra pública a la vista del siglo XXI |
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El puente de piedra de 1950 se quedó sin terminar |
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El Pisuerga y el nuevo puente de hace sólo unas décadas que les abrió la carretera a Valoria de Aguilar |
Antes de los sesenta empezó la emigración. Se acabó el trabajo, se marcharon los canteros. Como en toda España lo rural se empezó a terminar. Parecía que era más fácil ganar el maná en la ciudad, en la industria... y que eso iba a durar para siempre. De 50 casas habitadas y unas 300 personas, ha ido bajando hasta las menos de 10 que viven todo el año.
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A la antigua Merindad de Aguilar pertenecía el actual Pantano del Ebro y todos sus alrededores. |
Si no ha muerto del todo es por la cercanía de Aguilar. Algunos indígenas, desertores del campo, han arreglado las casa semicaídas y han vuelto al menos en verano. Otros "pudientes" del cercano Aguilar también tienen aquí su descanso. Hay dos casas rurales, pero aún veo muchas más caídas. además de las que me dicen que ya han desaparecido del todo.
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Y el gallo se lleva a las gallinas para defenderlas de este depredador humano |
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El pequeño arroyo de agua clara atraviesa la aldea |
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Hay que tener ingenio y necesidad para fabricarse esta señal de tráfico |
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Queda esta torre medieval, atacada por la naturaleza y el olvido | | |
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Un huerto de patatas... y Las Tuerces, siempre al lado y arriba |
El río Pisuerga y esa montaña de rocas horadadas, de 80 millones de años las más jóvenes, siempre serán un imán para atraer a los humanos, aunque sólo sea para el deporte y el ocio. Yo desde luego pienso volver.
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