domingo, 23 de junio de 2013

BODA EN EL PALACIO-TORRE DE MURGA

La Torre-Palacio de Murga está en Murga, pueblo del municipio y valle de Aiara (Euskalherria)  junto al camino que iba de Amurrio a Zuaza, hoy en desuso. La torre domina el puente que cruza el río Izoria. El acceso se realiza por un bosque, al final del que existe una zona despejada. Se encuentra parcialmente desfigurada por el palacio, que la rodea por tres de sus lados, dando una imagen de casa señorial del siglo XVI avanzado. Actualmente restaurados, como su entorno inmediato


Rio Izoria, puente medieval, palacio y torre, en lugar idílico y hoy poco conocido, en Ayala.

Este montañero, también tiene otras obligaciones. Y le gusta colar en este blog mendizale algunas "picias". Disculpas a los puristas del monotema, pero que se fijen al menos en la maravilla del río Izoria y en el cercano Ungino (1070) que los habitadores de esta torre veían rodos los días.





El río Izoria, exuberante hoy con las largas lluvias y el guiño que nos hace el sol, con el Ungino al fondo 

Este lugar, que en el pasado siglo XX  ha pasado las horas más bajas de su historia, ha sido acondicionado hace unos años para reuniones y celebraciones.  Ayer fue la boda de Alain y Alberto, a los que acompañamos casi dos centenares de familiares y amigos. Y el tiempo y el sol nos dieron una tregua para que, unidos al bello lugar, una muy acertada preparación en todos los detalles y el exquisito comportamiento de los habitadores en estas casi doce horas, todo saliera perfecto.


Caballos, calesa, pozo... ingredientes de antes, que aún sirven.
 
"Aragoneses, Encartados y Ayaleses: Estamos en una de las dos principales torres que han hecho la ya milenaria historia de Ayala. La de Quejana (los Ayala) y la de Murga (los Murga)... - dijo la voz del historiador desde detrás del arco de entrada al ahora carpa/comedor, en un paréntesis de la sobremesa de chistes, música, jotas aragonesas un txoria txori  de Laboa, magistralmente cantado por una invitada, que al historiador hicieron saltar las lágrimas.
 
"... y en este mismo recinto , en el que hoy acompañamos a Alain y Alberto, estaban los caballos y los pajares. y  casi todos sabéis lo que se hacía en los pajares... ¡Qué disfrutéis a tope el día y la noche!
- es lo que tenía preparado para decir el historiador. Pero cierta prudencia y las nietas que le revoloteaban al lado, le recortaron el "discurso".      
 
 
Pero como todo día de monte, como todo día de celebración en la "selva", tiene sus pequeñas espinas. Y ayer, las invasoras saqueaban otra "torre" cercana y dejaban a uno de los invitados  hasta sin las sábanas y alfombras de su lecho. Menos mal que el invitado, también mendizale, tenía en la reserva  el saco para sus noches en las montañas.... y con dos metros cuadrados de espacio le han servido.
 
 Los Ayala y los Murga mucho se enriquecieron. La mayoría ya suponemos cómo. Y a lo mejor acertamos. Los apellidos han cambiado, las ambiciones  no. Ricos en el tener, pobres en el ser. ¡Bolsillos llenos, almas vacías... siempre insatisfechos/as!
 Ver IMG_20130623_225247.jpg en presentación

Hoy es la noche de San Juan. Y en la hoguera se queman  los "trapos" inservibles y simbólicamente los espíritus invasores que han traído los males. En la "torre del saqueo" hacía ya diez años desde la última hoguera. La "purificación" ya era justa y necesaria.  A media tarde el "mensaje" se lo envíó  al montañero una víbora  desde su propia casa, instalada también como invasora en el parterre del jardín.

martes, 18 de junio de 2013

HIMALAYA 2013: EL RETO QUE RECHACÉ POR PRUDENCIA

Con mi edad, curriculum  y experiencia montañera y caminante, aún hay que estar al 120% en casi todo para aceptar la invitación de acompañar a Alex Txikon en su reto himalayista del Nuptse y el Lhotse (8516). Lo decidí y lo conté en mi entrada del 8.03.13  (Al Malacara (2268) con mucha nieve).

Zigor Egia y Alex Txikon llevaron el Araba Euskaraz hasta el Campo Base del Everest 

De iz. a dc : Alexey Bolotov, José Carlos Tamayo, Denis Urubko, Juanra Madariaga, Alex Txikon y Zigor Egia (Himalaya,  camino CB Everest, abril 2013).

En el blog de Alex y en Zigoreando (el de otro de los invitados que sí le acompañó en parte), se cuenta algo de la misma, a veces desgranado en varias entradas, en euskera y en castellano. ETB1 nos va a enseñar en cuatro horas de los domingos del 9 al 30 de junio (21 a  22 h)  otras tantas horas extremas del fenómeno de Lemoa (Euskaherria): "Txikon Xtreme"

Os animo a ojear estos tres "medios", pero es mucho más lo que hay divulgado sobre ello... y sobre los "fenómenos" que esta vez han coincidido en el Campo Base del Everest. "In memoriam" vayan aquí  mis respetos para Bolotov, que sólo unos días después dejó su cuerpo para siempre allí, pero su memoria nos la regaló a los aficionados. 

viernes, 7 de junio de 2013

BONATTI EN EL CERVINO (20.02.65)

Estando de reclutas en Araca, en el otoño de 1970, un reducido equipo  de aficionados al periodismo fundamos Recluta Expres, una revistilla escrita, editada  y distribuida por los reclutas para su   solaz y esparcimiento. El cántabro José Manuel Corral, al que yo nunca consideré montañero, escribió esta historia de Bonatti bajo el título "Gestas Heroicas".
 
Hoy, nada menos que casi 50 años después de la "gesta" y  43 de que la escribiera en una revistilla militar de poca monta un simple y desconocido entonces recluta de 21 añitos, la leo y admiro de nuevo... y creo que merece un espacio en mi blog de montañismo.
 
 
"Con la publicación de lo que se va a relatar se pretende hacer ver que con la constancia y el sacrificio, se pueden conseguir metas  y objetivos, que para los ojos de algunas personas parecerán imposibles.
 
"En la noche del 20 de febrero de 1965, cientos de habitantes de un pueblo suizo salieron de sus casas y se congregaron silenciosamente en la calle principal. Todos los ojos miraban a un punto en común, al grandioso Cervino de pico triangular con sus 4480 metros de altitud. Multitud de alpinistas se habían acercado al gran pico para escalarlo por la cara sur, relativamente fácil. Pero ahora el gran alpinista italiano Walter Bonatti se proponía realizar lo que los grandes escaladores consideraban imposible: una ascensión directa por el escarpado flanco norte, siempre cubierto de hielo y tan perpendicular que, al decir de los guías  es  la ruta que seguiría una gota de agua. Nadie se había atrevido antes a efectuar en solitario este ascenso de 1080 metros a plomo y menos en invierno.
 
PEQUEÑA BIOGRAFIA

Planeta Tierra. 14 septiembre 2011

Walter Bonatti se despidió ayer del mundo por segunda vez. Lo hizo a los 81 años en su casa de Roma, lejos de su primer adiós. Eso fue en 1965 cuando, tras escalar la cara norte del Cervino, colgó crampones y piolets en la cima de su arte. Tenía 35 años y lo había escalado todo, incluso aquellos retos reservados a generaciones futuras. Fue un genio del alpinismo y bastante más que eso. Entre otras muchas virtudes, encarnaba el alpinismo puro, el alpinismo incorruptible. Los hay que admiran al Bonatti que pudo con el pilar suroeste del Dru en 1955 y con el Gasherbrum IV tres años después; los hay que lo admiran porque fue el hombre que hizo lo imposible por salvar a sus seis compañeros en la cara sur del Mont Blanc, retirándose del pilar del Frêney en una lucha horrible por sobrevivir. Pero si cabe admirar algo en Walter Bonatti (Italia, 1930-2011) es su extraordinario espíritu de aventura y su enorme cultura, valor que le permitió mudar de piel cuando la de alpinista quedó consumida.

Bonatti perdió la fe en el ser humano en 1954, durante la conquista del K2. En las laderas de la segunda montaña más elevada del planeta (8.611 metros), sus compañeros de expedición Lacedelli y Compagnoni forzaron una experiencia extrema. Bonatti y el sherpa Mahdi habían porteado seis botellas de oxígeno hasta los 8.100 metros de altitud, pero Lacedelli y Compagnoni habían montado el campo de altura más arriba. Se hizo de noche, Bonatti no veía la tienda y a gritos logró comunicarse con sus compañeros, quienes le conminaron a que descendiese. No había luz suficiente para emprender el descenso y Bonatti y Mahdi pasaron la noche al raso, experiencia desconocida para el ser humano. A Mahdi le cortaron todos los dedos. Bonatti, físicamente indemne y con apenas 24 años, sufrió posteriormente un calvario psicológico: nadie en Italia quiso creer su versión para no empañar la fiesta de la conquista del K2. Bonatti invirtió medio siglo en demostrar su inocencia y no cejó hasta que el Club Alpino Italiano le pidió perdón. Entre medias, se refugió en las cimas y en sí mismo: tenía que aprender a confiar de nuevo en el prójimo. Así se hizo su leyenda. Con 35 años, su popularidad y su elevado nivel intelectual le permitieron fichar por Época, publicación para la que trabajó escribiendo acerca de viajes tan remotos como intrépidos.

Walter Bonatti, uno de las más grandes en la larga historia del montañismo mundial
 
"Los vecinos esperaban en silencio la señal que Bonattri acostumbraba a dar por la noche: una bengala verde si continuaba y una roja si decidía regresar. Puntualmente, a las ocho de la noche un débil arco de luz verde brilló en lo alto de la montaña. Bonatti no se daba por vencido.
 
"Se disponía a pasar la noche a 3700 m. de altitud. Tiritaba de frío en su "cama", una hamaca colgada en el vacío por cuerdas amarradas a dos clavijas de alpinista hundidas en la pared de la roca.
 
"Bonatti derritió un poco de nieve con su lámpara de alcohol, preparó una taza de café y tomó unos bocados de bizcocho y cecina. El frío era penetrante. Se le habían roto las gafas de sol a causa de la frígida temperatura y estaba medio ciego entre las ráfagas de viento helado que azotaban el risco, tenía los dedos hinchados, agrietados y sangrantes, porque gran parte del tiempo subía sin guantes. Prefería palpar con las manos desnudas los salientes y las hendiduras de las rocas para comprobar si eran firmes. Con frecuencia tenía que romper el hielo a golpe de piolet para encontrar un punto donde agarrarse con los dedos o donde meter una clavija.
 
"Por la noche, para mantener la circulación de la sangre y evitar que se le congelaran los pies, tuvo que permanecer despierto y patear en la roca. Llevaba treinta y ocho horas sin dormir. Al día siguiente comenzaba su tercera jornada  de escalada. Se sentía tan sólo que hablaba con su mascota, un osito de juguete. al anochecer, cuando ya estaba tan agotado que apenas veía, descubrió una oquedad en la roca y allí acabó la última noche. Dormitó a intervalos. Sabía que la mañana siguiente se decidiría la suerte de su empresa, en un sentido o en otro.

Cervino o Materhörn (4478 m.)
 
"Con las primeras luces del cuarto día, dirigió la vista hacia arriba. Como veía la cima, consultó su altímetro y calculó que faltaban trescientos setenta y ocho metros por llegar hasta ella, aunque el camino era una peligrosa franja de rocas salientes y cubiertas de hielo, que sin duda consumiría sus últimas energías. A fin de aligerar sus treinta kilogramos de sus morras para el último asalto, tiró la mayor parte de sus provisiones y equipos secundarios.

 
"A las tres y cuarto de la tarde de aquel día los espectadores que volaban cerca de la cima en helicópteros y avionetas presenciaron una escena emocionante: Bonatti había superado el último saliente y estaba de pie en la base de un pequeño campo de nieve, que ascendía a la cumbre más alta del Cervino. Se quedó largo rato mirando a la cruz de hierro de un metro ochenta erigida en la cresta en memoria  de los numerosos alpinistas que perdieron la vida en la montaña. Luego, como si estuviera hipnotizado, avanzó tambaleante en la nieve con los brazos abiertos, se arrodilló ante la cruz y la abrazó.
 
"Walter Bonatti había triunfado. La ascensión más atrevida de la historia del alpinismo -79 horas de esfuerzo sobrehumano- había concluido con éxito.