domingo, 30 de agosto de 2015

DE LA PLAYA A VISTAHERMOSA (425) Y A LA GANADERIA DE RESES BRAVAS COLOM MARTI EN PEÑISCOLA, 28 Kms.

No quiero terminar agosto sin  hacer alguna nueva cima montañera. Porque en montaña he vivido de nuevo todo julio y hasta el 25 de agosto en Ayala (Euskalherria), donde paso lo más caluroso de los veranos con la naturaleza y el trabajo, entrenando, creando y disfrutando.


La Sierra de Irta tiene muchas posibilidades  y rutas. Es mi paseo montañero fácil peñiscolano. Y cuando crees que lo tienes todo pateado, siempre queda algo por conocer. Hoy me salgo en parte de las rutas apuntadas en los mapas, tras llegar a la cima de Vistahermosa (425) y regresar por la misma ruta hasta el desvío (en él hay una señal de cuidado con el ganado vacuno, que por aquí son reses bravas). Siguiendo en descenso hacia el norte, llegas hasta las instalaciones de la Ganadería Hermanos Colom Martí, una de las varias  proveedoras de las reses bravas (vaquillas)er las fiestas de toda la comarca mediterránea.

El suelo en la Sierra de Irta es siempre muy sinuoso, no hay agua y resulta casi imposible caminar fuera de las estrechas sendas y caminos. Todas las veces que he intentado salirme de la estrechísima senda, me ha sido imposible caminar más allá de cien metros, sufriendo el arañamiento en piernas, cortes y caídas por la roca caliza cortante y argoma  pinchante y en altura infranqueable. No he encontrado la posibilidad de hacer algunas cimas al norte. Eso sí, todas las laderas de estas montañas bajas junto al mar han estado cultivadas. Pero probablemente de eso hace ya más de cien años. Las laderas escalonadas aún muestran la inmensa arquitectura  agrícola de anchas paredes de piedra gris clara. Es evidente que los moros de antes de 1492 trabajaron la agricultura más que los cristianos que les invadieron (aunque lo llamen reconquista) y les echaron.

Seis horas de calor, sin alimento ni agua... para terminar agosto en mi hábitat preferido, la naturaleza. Sólo me ha cruzado arriba un coetáneo... y lo hace corriendo y en subida. Siempre quedan deportistas y personas anónimas de extraordinaria "raza".

Y termino con las letras, dejando paso a las fotos, siempre más entretenidas y... para que cada lector/seguidor de esta "entrada" lo juzgue por sí mismo.


Inicio de la ascensión montañera a sólo unos metros tras pasar la Urbanización Nerea (9,36 h.)
En el primer kilómetro, que se anda en llano por el cauce seco de una riera, se ve a la derecha esta cueva/corral y hasta quizás muy antaño vivienda. (9,47 h.)
El suelo es agresivo para andar. Solo es posible seguir las sendas. Y hasta en ellas, las rocas cortantes y agujeros como éste pueden lesionarte.


Hasta este  pozo, hoy sin agua como siempre lo he visto, suben a beber las reses bravas de los Hermanos Marin, con las que nunca he coincidido. (10,49 h.)

Hubo pozos/aljibes. En toda la Sierra de Irta sólo conozco dos aún con agua y otras dos fuentes. Hay que ser un poco atrevido y tener mucha necesidad para beber.
El Corral de Baltasar, a 1,5 kms. de la salida, es el mayor vestigio que he visto en la Sierra de la última utilización en la trashumancia.

Curiosamente, este letrero no está en la máxima altura, sino en un collado, desde el que aún me quedan muchos minutos para alcanzar la cota de 425 metros. (11,06 h.)



Máxima altura que hoy subo por senda (11,30 h.). Paraje que me gusta por el pozo (que tiene algo de agua muy retenida) con  una plataforma empedrada a su derecha para recoger el agua de lluvia. El "fuego" del día me ha obligado a cubrirme de manera tradicional, que tampoco me ha salvado de la cara quemada a mi regreso.
Vuelvo a las 12,12 h. a este collado, desde donde me desvío en descenso hacia el norte.



Arquitectura muy antigua y de emergencia. En la senda estas piedras hacen de recogida de un poco de agua, no más de la que se pueda beber con dos cuencos de la mano. Pero sólo se podrá  durante  alguna tormenta fuerte.


En la bajada hacia el norte, un viejo corral a la derecha de la senda lleva muchas décadas caído y en ruinas (12,51 h.)

Las terrazas en la montaña que nos dejaron los moros en 1492, cuando fueron expulsados.

Y Peñiscola al fondo

Más ruinas cuando me acerco a la parte baja de la montaña. 


Paso por una cantera moderna, también ya abandonada, a las 13,14 h. Desde aquí la senda  se convierte en camino pedregoso


La Ganadería de Reses Bravas de los Hermanos Colom está muy escondida, por lo que no presenta problemas para los montañeros, poco habituales por esta montaña dura para el caminante.


Ya en Peñiscola, en la nueva carretera a Benicarló,  este monumento "Peiró de la Creu", reedificado en 2009 del viejo de finales del s.XIV destruido en una tormento en 1910,  da fe de una muy antigua e importante ciudad que lo fue y que al menos en turismo lo quiere seguir siendo.  (13,45 h.)

viernes, 28 de agosto de 2015

DE SANTA MAGDALENA DE PULPIS (E) A RIEUX DE PELLEPORT (F), 700 KMS.



Este es un viaje a vida o muerte, realizado por Joaquín Pruñonosa Palomo del 12 al 21 de Junio de 1946, a sus 13 años, que me ha contado varias veces  “por capítulos”, y que hoy me lo resume a petición mía.

Tras el golpe de estado en España del 18 de julio de 1936 por algunos militares apoyados por el fascismo internacional y por la iglesia católica de Pío XII, fueron tres años de guerra civil entre hermanos. De los crímenes y barbaridades, del empobrecimiento y el odio generado, nunca lo sabremos todo. “Un millón de muertos”,  una novela de Gironella escrita hacia 1960,  sólo fue un botón de muestra contado por los golpistas Entre los asesinados y los “muertos” fuimos   quizás media España, incluidos los que nos obligaron y siguen obligando a ser españoles. La posguerra no fue mucho mejor.


Pero este no es mi tema de hoy, sólo el preámbulo para situarlo en el tiempo y en las circunstancias Al que quiera saber algo fidedigno de esa guerra, le recomiendo no acudir a autores españoles, siempre maleados y sesgados según al bando que les paga. Mucho más objetividad y análisis encuentro en autores franceses. Lo mío es la intrahistoria, la que me cuentan las gentes humildes y casi sin nombre en voz baja.

Juan Bautista Secundino Pruñonosa Ferreres consiguió escapar en 1939, atravesando malamente parte del este hispano y los Pirineos para empezar una nueva y casi miserable  vida en el Ariege francés. El duro campo y monte de Rieux de Pelleport le tuvo prisionero siete años de una idea noble: Rescatar a su familia, que había dejado en Santa Magdalena (Castellón). Ahorró, ahorró y ahorró en la pobreza. Es fácil suponer cómo.  Digna, dignísimamente. Pagó mucho dinero a los dos guías y al “sistema de refugiados” para este viaje de vida o muerte de su familia.



Joaquin y Reine se casaron en Francia el 18.03.1956. Esta es la fota de boda de Secundino y Magdalena de 1930.

El 12 de junio de 1946, salieron de Santa Magdalena en tren a Barcelona, su esposa Magdalena (39), y los hijos de ambos Pascual (15), Joaquín (13) y Josefina (10).Después se perdieron en la Seu de Urgel, no conectando con los enlaces. Dramático total fue el paso hasta Les Escaldes, donde tuvieron que esperar una semana. Por monte, a escondidas, casi sin comer, rodeados de numerosos fusileros que primero disparaban… “Por esos años pasó mucha gente, pero fue más la que dejó la vida y el dinero en el intento”.  “Que los tres chavales suban por la carretera jugando con la pelota, corriendo para atrás y para adelante… como que van de excursión a ahí al lado…” instrucciones que les dio uno de los guías cuando les quedaba la peor línea de fuego. Sólo a la llegada, exhaustos, a Pas de la Casa, les dijeron que ya estaban seguros. El  21 de junio se abrazaron con su esposo y padre Secundino en Rieux. 700 kilómetros de huida, una semana de una indeseada e indeseable excursión, en busca de la vida en otro mundo  menos cruel y miserable. Era en España la época de la postguerra, del hambre –“conocí a gente en mi pueblo que murió de hambre”- . Y lo cuenta uno que vio muy de cerca la muerte, que se la jugó… y sobrevivió. Y sobrevivió a los suyos. Ha sido mucho más que suerte, ha siso saber ser y estar, sufrir y cumplir.


En esta enorme mansión, en la Rue Pamiers 47 de Rieux, viven solos desde hace varias décadas Joaquin y Reine. Octogenarios ambos ya, aún no han dejado de trabajar, en la huerta y en la casa y ayudando a sus hijos en el negocio del aserradero y venta de leña.

Y como me consta, porque lo he visto y vivido,  en Rieux es una familia querida. Sus dos hijos, Patrik y Laurent mantienen la vieja fábrica de estacas (piquettes) y leña para estufas y fuegos bajos que iniciaran Pascual y Joaquín. En más de cincuenta kilómetros a la redonda no hay otra. Y aquella provincia, con capitalidad en Foix, es de las más olvidadas de Francia. La agricultura, la montaña, la ganadería, las casas se mantienen en un entorno natural y de vida “de campo”.  En octubre de 2009, convivimos allí mi esposa y yo una semana con ellos, les acompañamos en sus trabajos y en sus alegrías. Fueron unos días inolvidables. Yo preferiría que Paris se siga olvidando de Ariege.


Pero el hijo mediano de Secundino, que se casó allí con la inmejorable francesa Reine, ha sabido volver a sus raíces. Desde hace 40 años compró un apartamento en Peñiscola, tras venir varios agostos al camping. Y casi puedo asegurar que en ninguno de sus muchísimos viajes, ha dejado de pasar por Santa Magdalena, a ver a sus viejos amigos y conocidos “que ya quedan pocos”… “a veces voy al cementerio a hablar con ellos”. A sus casi 82 años, acabo de dejarle, en su veterano Citroen Xantia 4130 FZ 09 con ya 280.000 kilómetros, camino de “su pueblo”


En una semana  saqué tiempo para recorrer parte de su montaña de media altura…


… y repararles/mejorarles parte de la estructura del viejo aserradero, además de acompañarles en la carga y el reparto a domicilio de leña para quemar.


Joaquín, Reine, Dulce y Patxi (Rieux de Pelleport, 18.10.2009), en el jardin de la casa de su hijo Laurent

Y me ha contado de nuevo una anécdota de su niñez… “ Iba con el abuelo y el burro y sonó un estruendo… le pregunto al abuelo ¿Quién ha sido, el burro o usté? Y me contesta ¿Quien va a ser? Y le digo… ¡Ya me parecía mucho para el burro!”

¡Con gente como Joaquín y Reine, yo estoy a gusto hasta en el fin del mundo!