domingo, 27 de julio de 2014

RUTA CIRCULAR CERVERA-VENTANILLA-RUESGA-CERVERA

No solo  montañas y cimas recorre el montañero.

Esta mañana de rocío primero y sol después, toca una ruta más sencilla, casi senderista, pero en todo momento por encima de los 1008 msnv. que oficialmente está Cervera, el punto de salida a las 8,10 h. y el pueblo de mis hoy acompañantes.

La nueva noria que, como cultura del pasado, han colocado en la Vega de Abejal, en el Pisuerga, no la han conseguido hacer funcionar, como tantos siglos lo hiciera la anterior


Ventanilla y la Sierra de Los Brezos detrás

Son Bugi, David, Gelo, Marian, Maria Angeles y Tomás.
Mis compañeros de hoy en pleno almuerzo mediomañanero en el bar de Ventanilla
Subimos Pisuerga arriba por la Vega de Abejal, donde un panel nos explica la noria hidráulica que hace pocos años han colocado como sucesora de la anterior, pero que no han conseguido hacer funcionar. Después los cortafuegos del Páramo y un camino entre robles quejigos nos lleva a Ventanilla. Los expertos compañeros me muestran dos cagadas de lobo en el camino, que se distinguen por la peculiaridad de los pelos que contienen, dada la alimentación totalmente carnívora del depredador.



No perdonan un buen desayuno o amaiketako, en esta ocasión en la amplia y bien situada terraza del bar del pueblo de Ventanilla. Me parece extraordinario el detalle de que al final pasan la escoba para no dejar ni rastro de migas, y eso que la consumición ha sido  de dos dígitos.

Caminamos disfrutando de la cola del Emblase de Ruesga...
... de su playa y bañistas en el lateral sur y con la vista del Parador Fuentes Carriones en el cercano horizonte al norte.

El regreso por la orilla del embalse hasta Ruesga es una belleza y una comodidad, sólo tentada por los caravanistas, bañistas y domingueros que lo disfrutan en sus aguas. Tras atravesar el pueblo por su carretera central, tomamos un camino a la izquierda que nos lleva a entrar  a Cervera por su parte más alta, o sea cerca de su gran iglesia y su ya recién cerrado viejo cementerio.






La altura máxima pisada anda por los 1150 m. según me confirman por acuerdo entre el altímetro  de David y los conocimientos de Tomás. La distancia total recorrida es de unos 22 kilómetros y el tiempo utilizado de cinco horas y  poco pico.

Entramos a Cervera por el alto de su solitaria gran iglesia, con algún retablo lateral de cierto valor, según me dice María Angeles.

Me despido  a las 13,20 h. de la última y mayor parte del equipo cuando se cobijan  del calor en "La Cascarita" a apurar sus ansiadas cervezas. ¡Hasta octubre, montañeros!




jueves, 24 de julio de 2014

PEÑA LABRA (2029)

El 27 de agosto de 1995, al regreso de subir al Tesorero (Picos de Europa) la tarde anterior con mi hijo, dormimos en Piedras Luengas al raso y subimos sin haber cenado ni desayunado. La "pájara" tras la noche de cencerros cercanos y fría escarcha, me hizo sufrir un poco. Sin embargo, la prueba para mí, aún con un esguince problemático producido solo trece días antes jugando al tenis en la costa mediterránea, fue muy positiva. ¡Estaba preparado para intentar subir al Cervino! 

19 años después llega el día de repetir en solitario la ascensión al Peña Labra. A las 8,45 h., con solo dos prendas (no cuento zapatillas, calcetines ni la gorra) no he previsto la intensa niebla, que no he superado hasta un centenar de metros (en vertical) de la cima. El desvío a la derecha, las "escobas" y el ascenso final por una chimenea difícil me han costado dos horas de subida.

9,15 h.: las vacas, el abrevadero y la niebla. A ellas no les hace falta nunca la mochila y se orientan mejor que los montañeros en la niebla.

Las vistas, las fotos, el excelente día que me permite quitarme la única camiseta hasta la llegada de nuevo al coche a las 13,30 h. por supuesto han merecido la pena del esfuerzo, no diré de madrugar, que las 7,30 en verano ya me parece hasta tarde para levantarme.



Atacándolo desde Piedras Luengas, en el corte rocoso que dibuja el gran macizo de  Sierra Labra, hay dos entradas, ésta en casi chimenea  y algo más fácil la otra. Al subir, trepo por detrás y encima del rayo que se cuela y destrepo con cuidado en la otra al bajar. ¿Las flores?... porque los montañeros también disfrutamos de ellas a 2000  y más metros.


Entre el mar de nubes asoma el Peña Abismo. Y detrás a la izquierda el Curavacas (aún con nieve bien visible). La foto ya no muestra a los Picos de Europa al fondo, que mi vista sí los alcanza. El día está para fotos y disfrutar con la vista y con la imaginación. Saco muchas más para mi archivo, pero hay miles en el ciberespacio de este y desde este casi paradisíaco lugar.
Aún quedan montañeros que meten al buzón su "tarjeta". En esta hojita de blok, por detrás hay otros dos nombres de una pareja cántabra que subió el 17 de julio. En el lugar que coloco la piedra, anotaré la hora, fecha y  éste blog, por si alguno quiere verlo y enviarme un comentario.

Una vez más, y ya van muchas, no veo a ningún humano en la montaña. Lo más cercano a los montañeros, vacas, una banda de vacas con sus crías en el abrevadero a media montaña, donde al regreso yo también bebo un trago en similar estilo al de ellas. Y casi al final de mi andada de hoy, una solitaria con su ternero que acaba de parir y aún se tambalea y ella lo lamizca en su reciente puesta en pie, que me premia con el espectáculo de su primera defecación. Continúo mi marcha pensando en su buena alimentación a través de la madre a juzgar por la cantidad y estructura de sus heces. Nunca había visto a un ternero recién nacido cagar tanto, tan pronto y en tan largo chorizo.  No hay más aconteceres dignos de escribir en el regreso a comer a la hora esperada tras los 45 kilómetros de asfalto hasta el principio de la meseta palentina.  

No me resisto a sacar y publicar la vista desde el mirador de Piedras Luengas (1355) a las 13,32 h.


domingo, 20 de julio de 2014

ALMONGA (1520) en Cervera de Pisuerga


Tras dos meses largos ausente de este blog (por otras actividades como dos nuevos Caminos de Santiago ya subidos a Peregrino Bat), vuelvo a disfrutar y a aprender a la Montaña Palentina.



Dejo el coche en Cervera a las 8,20 h. Los montañeros del club de aquí, esta mañana acaban de marchar. Deben de ir a una ruta más larga o difícil, porque la hora habitual de salida en mayo era a las 8,30 desde el Bar El Roble. Tampoco han dejado comentado a donde van. Mi mochila ya viene cargada con lo imprescindible para cualquier mañanera en estas alturas, aún con la amenaza de lluvia que se anuncia posible. Y en mi cerebro siempre hay montañas alternativas que aún no he hollado.


A las 9,15 h. atravieso en diagonal y descenso esta campa para buscar el camino...
...que encuentro en este de carro de siglos pasados, metido en la frescura del frondoso bosque de robles y hayas.

Con la información y consejo de un paisano, a las 8,45 h. inicio a pie por carretera hasta el ya abandonado puesto de la Cruz Roja. Después, aunque el camino no está indicado, me oriento por la visión y la intuición. Primero monte frondoso por senda a ratos segura y a otros insegura y monte a través. Después la peña pelada me muestra una nueva senda casi segura. A las 10,20 h. hago cima.

En la cima, el buzón es pequeño, pero las vistas enormes.

Cervera de Pisuerga, abajo al este, casi a su pie, por eso lo consideran "su montaña"
Otto (65) me ha precedido en la cima. Charlo unos minutos con este indígena y montañero cerverano, que tiene que volver raudo porque le esperan otras obligaciones familiares. Desciendo  por la vía directa y más vertical hacia Ruesga, donde el "oasis" del pantano te invita a ser  el punto de mira en la inmensa visión de la montaña palentina.

Ruesga con su embalse al norte, en el camino a los "tres gigantes" de Palencia, Espigüete, Curavacas y Peña Prieta, ya repetidamente hollados por mí.



En 50 minutos, tras vadear descalzo y con el pantalón arremangado el cauce del río Carrión, llego a la carretera, que en otros 20 me lleva al punto de salida a pie. Sólo me he tropezado en el frondoso bosque con un corzo, que ha desaparecido veloz. Los pocos restos de otro han podido ser lo que el lobo hambriento no ha podido ingerir en su festín

La anécdota jocosa de la mañana es que atravieso descalzo los casi 8 m. de anchura y 20.cms, de agua muy corriente por un paso de camino cimentado para vehiculos de monte... y en medio del Carrión veo a diez metros a mi izquierda un paso peatonal elevado, al que la intensa vegetación me ha ocultado unos metros antes.

En resumen, un paseo de tres horas y pico a pie, con media hora en la cima y cuarenta minutos en coche. La amenaza de lluvia ha quedado en unas gotas casi inapreciables que ni me han cuestionado abrir la mochila para sacar el txubaskero. A las 13,20 h., ya duchado y vestido de domingo, estoy en la vida social de los soportales de Aguilar de Campóo con mi esposa.