sábado, 22 de febrero de 2014

UNA NONAGENARIA EN SIERRA SALBADA

"En mayo cumpliré noventa y un años, si Dios quiere".  Es Felisa Barrenengoa, creyente como no podía ser de otra forma por su época y lugar, nacida en Agiñiga (Ayala), pero desde casada viviendo en Lezama (Alava) y toda su trabajadora vida en Euskalherria.

Cuando a las 7 de la tarde, ya de noche, aún sigo trabajando en la calle a la luz de la farola en la recogida y el cortado de la leña que hoy he bajado de la montaña, llega un todoterreno desconocido al aparcamiento del caserío, a tan sólo cuatro metros de mis ojos. Traen a la abuela nonagenaria a conocer la Venta Pozoportillo.
Detalle de la fachada de La Venta al anochecer. Hoy faltaba la nieve, pero llegaba una visitante de record.
La  ha subido su nieta mediana desde su Lezama del alma hasta la Sierra Salbada que la vio nacer al lado. Claro, los curtidos montañeros/as llevan a la amama a la montaña. Por la Campa de Oleta, la Fuente de los Nudos, la Pasada Mala, el Portillo del Aro, Cobatas con sus txabolas, refugio y fuente,  y Mojón Alto (1068), no ha perdido ojo ni oído de los detalles de la hoy casi solitaria maravilla de la naturaleza de esta tierra.
Por este Camino Real, que recorrieron los arrieros y los carlistas en siglos pasados, hoy sube la amama de casi 91 años. Hace un soleado día con ráfagas de viento frío del noroeste... y estamos aún en el corazón del invierno.
Y para cerrar el día, de 7 a 9,30 de la noche, nos visitan  en la veterana Venta. Dos horas y media que se han han hecho cortas, por la intensidad y lucidez de su conversación y saber estar.  El trabajo, con el que aún no está reñida, no le quita tiempo para leer todo lo que pilla y le dan de provecho. En mi criterio, estas dos virtudes son de lo más importante para poder llegar aún mucho más lejos y... a gusto!

lunes, 17 de febrero de 2014

OLABEZAR: LA ALDEA Y EL CAMPO DE ZARAOBE

Por carretera, como hoy  parece que sólo se puede entrar, subiendo desde Bilbao ya pisas su suelo en Markijana, en uno de los puntos más bajos de Aiala. Si lo haces desde Amurrio hacia Atziniega, en el alto de la Mesa te encuentras con el lugar más histórico-político de nuestra Tierra. El crucero de Los Olmos es el vértice SO de este cuadrilátero irregular de 3,23 km2 de superficie y 237 m. de altitud en su iglesia.  En la punta del Babio (583), lo más al sur,  y junto al caserío Saerín, saliendo de Amurrio hacia el Cantábrico, están los otros dos vértices o esquinas de su suelo.
Yo entro por Los Olmos, donde esta casa de pisos que he conocido desde mi niñez me sigue sorprendiendo que fuera hecha, o más bien reconstruída y aumentada,  en zona tan aislada y rural
El río Izoria es la muga con el Polígono Industrial de Murga, algo que ha cambiado bestialmente la naturaleza de esta zona en las últimas décadas.
Una muestra del avance en espera del Polígono, que invadirá también parte de nuestra aldea de hoy y que de momento tiene en la desidia al antaño fértil barrio de Arza
La recepción madrugadora ha sido mala. No he acertado al informarle a uno de los indígenas que iba a hacer un reportaje de su pueblo para publicarlo en internet. Increíble pero cierta la agresividad irracional de dos personas aparentemente normales, tratando de echarme del pueblo con amenazas penalizantes, a los que he preferido considerar la excepción y enfermos. Después, Kepa y Aitor, dos hermanos de 4 y 9 años me siguen en su bici en parte de mi recorrido a pie y nos hacemos amigos. Alegre y cantador el pequeño, pescador y montañero el mayor, me hacen un poco de cicerones. Esto es la cruz y la cara que vivo en la primera parte de una mañana fresca primero y soledada después... y que tendrá su "premio" a la cultura y a la constancia al final de la misma.
En el pórtico de la iglesia aún está la mesa de piedra en que se hacían las juntas locales.

Esta aldea parece hecha a cachos entre carreteras y caminos, montañas, laderas y río. Sus praderas parecen fértiles, aunque hoy ya solo veo pastar unas cuatrocientas ovejas y me dicen que hay seis ganaderos. De sus datos de una guía de febrero de 2012 saco que tiene 65 habitantes. Ya en la Edad Media la atravesaba  casi por el centro el Camino Real a Orduña, donde los Murga edificaron su Palacio Torre desde donde  ejercieron  su vasto poder.
No hay casco urbano ni núcleo o barrio grande. Quizás esta vista de la parte alta de Mugaburugotxi, entre la Casa Concejo y la Iglesia, reflejen algo su estética actual.
Hacia 1960 se construyó para Escuela este sólido y moderno edificio, que al menos en Ayala sorprendió. Pronto llegó la Concentración Escolar, lo que provocó el fin rápido de su destino. Hoy es la Casa Concejo y parece extraordinariamente cuidada a la vez que bien situada.
Ya no se reune el pueblo en el pórtico de la iglesia, como allá por 1800 y sus siglos cercanos. Tiene una extraordinaria Casa Concejo. Perteneció desde la Edad Media a la Segunda Cuadrilla, llamada de Amurrio, en el orden de voto en las Juntas Generales de Zaraobe. Con ésta, que es ahora Villa y Municipio desde 1842, y Luyando y Murga como concejos compañeros cuando la Tierra de Ayala tenía muchos más Fueros y 36 pueblos. 
Desde la carretera de Murga a Amurrio, en el centro geográfico del pueblo,  dejo constancia del estado de estos cinco edificios, de los que sólo uno parece actualizado y en uso.
No debo ningunear en mi visita  a esta aldea,  al Campo de Zaraobe, ubicado en su suelo. Aquí se reunían  hace siglos los habitantes del Valle de Ayala en asambleas de administración política. Se encuentra a poco más de un kilómetro de Amurrio y tres de Respaldiza, por la ahora A624 que conduce a Artziniega, en el punto llamado Alto de la Mesa. Es un recinto cerrado por una pared almenada que guarda en su interior una tosca mesa de piedra con dos bancos corridos. Las Juntas Generales del Campo de Zaraobe tenían una cuadruple misión: legislativa, electiva, gubernativa y judicial.
Campo de Zaraobe
Campo de Zaraobe. La "historia" está en la mesa y bancos de piedra. El resto es un "adorno" o protección muy posterior.


Y San Babilás. No es fácil para el pueblo normal saber qué hace aquí una ermita dedicada a San Babilás, un obispo y mártir, según el santoral de la Iglesia Católica, que ejerció en Antioquía el año 240. No seré yo quien lo cuente aquí, que doctores tiene la historia para ello. Sólo mi historia. Y es que de jóvenes veníamos andando de Amurrio a la romería del 24 de enero, que entonces era grande, tanto como el frío que hacía. Y que hoy la he visitado de nuevo y pasado tres veces por delante, ya más de cuarenta y cinco años después.
La ermita de San Nicolás está en el Camino Real y rodeado de robles.
Y el anteúltimo párrafo es para la naturaleza. En Mugaburu hay tres robles de más de doscientos años. Y los txikis me dicen que hay más viejos.  ¡A ver si se conservan muchos más y mucho más tiempo!
Los robles más que bicentenarios de Mugaburu.

Y al final, el premio. Tras aparcar mi veterano turismo en un camino público y muy cercano a un puente medieval por el que sólo se pasa a pie o en caballo, un trabajador del campo -el único que veré en ello en todo el día-  viene corriendo  a atenderme, con las tijeras de podar en la mano.  Es foráneo y de mi época.  Su empatía, cultura, estudios y mundología me emocionan. Qué difícil es encontrarme con esta categoría de gente, con la que, en apretada charla por su inmediato compromiso, coincidimos algo en conocimientos, ideas, personas comunes tratadas, actitudes y aptitudes. Pero estoy en suelo de otro concejo, por lo que, contertulio casual Fede, escribiré de vuestras propiedades y algo más, cuando  suba al ciberespacio por vía de este blog la crónica de "tu pueblo adoptivo".

miércoles, 12 de febrero de 2014

KAMARAKA (783) con viento y nevado

Desde las témporas de invierno, ya pasa de dos meses, semana sí y semana también, nos anuncian los registros meteorológicos que en Orduña o Matxitxako el viento ha superado los 150 kms/hora. Esto, que es una barbaridad, yo no lo recuerdo en mis ya 65 años de vida en la zona y en este mundo. Y si además le sumamos que el  viento predominante es el sur, cuando aquí estamos preparados para el noroeste, pues nos llegan las desgracias para rellenar los noticiarios macabros en los que parece que la tele más se regodea.
Buya en primer término. Santutxu y Otxarkoaga atrás, los superbarrios obreros del Bilbao de los años sesenta.

El paseo de hoy ha sido al Kamaraka, pasando por el Pagasarri, la Fuente del Espino y algo más.  La noticia más positiva, la de encontrarme con un espectáculo del que nunca había disfrutado, porque ya ha desaparecido hace varias décadas en el Primer Mundo. En 2012 vi otro lejanamente parecido en el Atlas marroquí, pero en  verano. Hoy y aquí he visto... en pleno invierno y con el viento que azotaba, a un trabajador de casi 71 años, montañero también, cómo se esforzaba con el pico y la pala en mejorar la senda a la Fuente del Espino. Como creo que el tema se lo merece, al menos en mi blog, otro día lo explicaré más detenidamente
Iñaki Sarasola Oribe (71 años el próximo día 20), el mendizale de Rentería ahora afincado en Bilbao, que este invierno pica en el Ganekogorta... para rehacer una borda... para que la disfruten todos!
Y a 300 metros ya han "levantado" las excavaciones de la antigua borda. Con Mendi, otro montañero y coetáneo que vive en Algorta y que hoy no se ha atrevido contra el viento huracanado, se han propuesto un objetivo ambicioso.
Desde la senda de la Fuente del Espino, el embalse de Zollo y las cimas de Kamaraka y Goikogane con el resto de la nieve caída anteayer
La Fuente del Espino tira el enorme chorro de casi siempre. Sólo me cruzo con un grupo mixto y maduro de media docena incompleta, que se han dado la vuelta al poco de la fuente por "respeto" al viento. Un korrikolari joven, ataviado al uso licra, viene como un rayo. No sé si corre del huracán o a favor de él.  ¡No, que hace deporte!
La Fuente del Espino, en la senda del Pagasarri a Santa Lucía de Laudio
Y las vacas terreñas de Txema Egia, el ganadero joven de Santa Lucía... Siempre es una alegría ver los animales en la montaña, en su hábitat. Pues entre aquí y Santa Lucía hay 220 de las terreñas, las de aquí y de Sierra Salbada de siempre, las que ya están en peligro de extinción por la invasión de las razas europeas. Y charlo con el ganadero, que además coincidimos en que  el apellido nos delata como parientes, descendientes ambos de la estirpe heráldica de Okondo.

"Con este invierno no tienen nada comida ni la tendrán hasta mayo", me dice desde el tractor en el que les sube todos los dias los fardos de hierba desde su viejo caserío laudiotarra
Y en la conversación, desde el asiento en la cabina del gran tractor, me "llora" que si no tiene más ayudas, él sólo no va a poder salvar esta raza.  Y curiosamente, también nos vimos y charlamos en mi anterior subida a este monte el pasado invierno y, como hoy, haciendo cada uno nuestro "trabajo".

El viento en la cima, helador y desestabilizador tanto para mi  como para las pilas, por lo que sólo he podido sacar dos fotos... y quedarme frío.
Ganekogorta, con más nieve en la cara norte, también blanquea por la sur
Valle de Okondo
El paso veloz por la cima de un  montañero que viene del Pagasarri y baja a Llodio me altera de súbito el plan. Me uno un rato a él para que me indique la bajada por el Goikagane  a Arakaldo. Pero, tras la cima del monte insignia de Llodio, me  pierdo pronto de la senda que él dice que cree que es, porque no lo parece. Sufro por partida doble en el verticalizado descenso. Mis rodillas por el líquido senovial, el que a partir de los 50 ya no nos suministra lo suficiente.  Mi mente por reconocerme tan torpe y haber calculado tan mal el horario de regreso, que mi compañera me está esperando para almorzar juntos.
Junto a Urgoso-Arakaldo, a sólo unos metros de la carretera general, por la que he pasado miles de veces, nunca pude imaginar que de la montaña y entre pinos baja este regato con cascadas y pozos tan bucólicos como éste
En el paso a pie (16,08 h.) por la ctra. vieja de Arrankudiaga puedo comprobar que aún ni se ha caído ni se ha restaurado este impresionante palacio que tantos miles de vizcaínos hemos visto desde el coche en la peligrosa curva de su delantera
Y el almuerzo y primer bocado del día se me retrasan hasta las 18 h. Y en la caminata de hoy, según la báscula, he dejado dos kilos de mi peso. Y consultando en internet la página Mendikat (la que se  subtitula "la biblia de las montañas"), compruebo que he pasado por las cimas de Gazteluzar (717), Kamaraka (783), Mugarriluze (735), Goikogane (702), Otsoerreta (486) y Alpitsu (499). Y el viento no ha conseguido doblegarme. Pero esta vez las escaleras de mi cuarto piso las he tenido que subir en el ascensor.