jueves, 15 de octubre de 2015

CASTRO CANTABRO, ROMANO Y VISIGODO DEL MONTE CILDA (Pa)


Hoy me toca trabajar en la arqueología. Junto a Olleros de Piusuerga, hay un castro con restos de poblamientos cántabros, romanos y visigodos.

Amigos y conocidos voluntarios de Aguilar, han limpiado con desbrozadoras, motosierras y herramientas manuales el camino que sube desde la esquina del actual cementerio de Olleros de Pisuerga (junto a la ermita rupestre) hasta la meseta del Monte Cildá.

La Horadada, el Pisuerga, y las  ermitas rupestres tienen en Olleros un lugar impresionante y obligado de visitar para los amantes de la geología, arquitectura, naturaleza. necrópolis...
En la misma esquina NO del cementerio se iniciaba el camino de carretas.
A nuestra derecha, la pared vertical nos muestra la razón del nombre de la zona.







Me parece preocupante que tengan que ser unos aficionados, contribuyentes anónimos y trabajadores que con sus propios recursos y dinero, se enfrenten a las instituciones para mantener la cultura de este país. Esto sólo es un pequeño botón de muestra. Lo que voy a ver arriba, en la llanura cimera del monte, o más bien lo que no voy a ver porque ha desaparecido, me preocupa mucho más.

En unos tres kms. de trabajo de limpieza, este "oasis" de roca arenisca nos muestra con toda claridad el camino que aquellas poblaciones primitivas usaban con sus carros de ruedas de madera primero y hierro después.
Se puede comprobar que la vía tiene en tramos una anchura de unos 8 metros.
Arriba, en la zona cercana al probable asentamiento, es poco lo que me convence como verdaderamente antiguo. Quizás este tramo de camino empedrado. La adecuación de campos para el cultivo, ha retirado montones de piedras, que no aclaran demasiado  al poco experto como yo. La colocación de las torres gigantes para el cableado eléctrico  en pocos años del siglo XX,  ha destrozado más  que en varios siglos anteriores.
Puerta principal de entrada al Castro, que no he conseguido encontrar.
Estela dedicada por Emilia, encontrada en el el Monte Cildá.

Tras dos horas de "investigación", en la lejanía de los cultivos he encontrado tres corzos. Y en la cercanía de mis propios pasos, me han salido al encuentro una decena de sabrosas setas, delicia que he degustado para cenar ya en Euskalherria.

En Palencia hay montaña, naturaleza y cultura para rato. ¿Es la gran desconocida?  Hay que patearla mucho y a pie para descubrirla de verdad.

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