domingo, 6 de abril de 2014

PEÑA ABISMO (1735)

La proximidad a cumbres tan elevadas como la Peña Labra ( 2.017 m ) o Tres Mares ( 2.176 m) no parece ser un impedimento para que los escarpes calizos de esta montaña puedan iluminar con su luz propia el paisaje de La Pernía. Antiguamente fue conocida como Peña Vizmo, de donde se deriva de manera lógica su evocador nombre actual.





Se trata de una altura bastante destacada, con una panorámica libre de obstáculos y que permite divisar las principales alturas de esta zona de la cordillera Cantábrica, desde Peña Prieta hasta el Valdecebollas. En estos parajes se forman los primeras aguas del incipiente río Pisuerga.




De Ozeka (Aiara, Euskalherria) a Aguilar (Palencia, España) hay 150 kms. y dos horas y media  en coche, cumpliendo casi todas las señales de tráfico en carreteras que transcurren por  bonitas zonas de montaña entre 466 (Venta Pozoportillo) y 1002 metros de altura (en puerto Pozazal). Y otros aprox. 50 kms hasta Camasobres, por Cervera de Pisuerga, siempre ganando altura hasta los  1336 metros, donde hoy dejamos los coches. 

Ayer, en el acercamiento, nos tocó un día de lluvias y soles, tras dejar en Pozoportillo, a media mañana, un espectáculo que nunca había visto allí en mis ya casi 66 años. Una colonia de unos cuarenta buitres, en travesía este-oeste descansó en nuestras praderas del collado, a sólo unos metros de la Venta que me vió nacer. No tenía la máquina a punto para retratarles.


Esta mañana he acelerado y atravesado las intensas nieblas carretrera a Cervera, para llegar a las 8 h. al Hotel El Roble, punto habitual de salida del grupo de Pesca y Montaña de la localidad altopalentina y cabecera de Registro de la Propiedad. Pues no, hoy salen a las 8,30 h,, que hacen una salida "fácil", aunque  tienen "lío" porque hay una comida programada y limitada en las jornadas gastronómicas de Camasobres.


Me presento a los más madrugadores, cuando aún no ha llegado mi "enlace"  Bustamante, el cronista del grupo.  Me reciben bien, como no podía ser de otra manera, en un grupo de auténticos aficionados a la montaña y a la naturaleza. Luego Teo me decora el curriculum en la presentación a unos pocos con los que ultimo la puesta a punto del equipo a llevar. Nos juntamos 16. Todos se conocen, grupo mixto que media 50/55 años. La salida es inmediata. Subo con los tres que no se quedarán arriba a comer. Conduce Gelo.


En la carretera, adelantamos al mini bus del club de Guardo, que se anuncia con pequeña pancarta. La conversación va sobre ellos, sobre la carretera sin terminar porque "en seguida se han comido el presupuesto... algunos pueblos con más de 30 farolas de diseño... que aún deben de estar sin conectar". También me atienden, por supuesto, y actualizan sobre  el roblón de Vañes, el pantano de Requejada y el municipio de La Pernía con capitalidad en San Salvador de Cantamuda. Aquí pasé dos noches hace unos 25 años con el Club Bancaya "haciendo" varios montes y travesías.


Hacia las 9 h. arrancamos a andar. No es el mismo recorrido que he "fusilado" abajo en cursiva  de Mendikat, "la Biblia de la Montaña". Pero es similar, hay agua a borbotones, después de una semana de lluvias, hayas y naturaleza viva. El grupo camina en "fila india", con frecuentes paradas para reagruparse para tranquilidad de los más lentos, una siempre buena costumbre. Yo me quedo en cola, incluso atrás, porque intento "arreglar" sin exito la Olympus, que esta mañana me falla.


Es cómodo el paseo, espléndidas las vistas a corta distancia antes de la cota de 1600.  Gelo encuentra un cuerno de ciervo, "del año pasado, que este año aún no han empezado a soltarlos" me dice, y, buen detalle, me lo regala. Bueno, debe de estar prohibido llevarlos, porque son alimento para los animales más pequeños del bosque. Pasan poco de las 11 h. cuando el total del grupo -yo el último- "hacemos" cima. La foto, el amuerzo, la discusión sobre los nombres de los picos que avistamos, son el ritual de casi todos los grupos en estas alturas. Majestuoso Peña Prieta, que parece cerca pero no alcanzaríamos en varias horas porque tiene una capa demasiado gorda de nieve. No le va a la zaga la amplia decena de cimas palentinas que le rodean, que algunos/as se las saben y han hollado todas. Hoy estoy con expertos para aprender un poco más de Palencia y la montaña. Y los Picos de Europa... siempre impresionantes, pero más con un cielo azul total y su blanca, casi inmaculada, afombra espesa de nieves recientes asentadas sobre las anteriores, que ya pude ver, distrutar y sufrir hace unas semanas, al menos en sus inmediaciones leonesas.

La foto automática del grupo en la cima a las 11,29 h.,  hecha por Teodoro Bustamante


Vía Normal desde Piedrasluengas

Ligeramente por debajo del pueblo de Piedrasluengas ( 1.336 m ), a la izquierda de la carretera sale un camino que cruza un prado. Este camino desciende hacia el arroyo Lazán. Sin embargo, sólo lo seguiremos unos 300 metros, para desviarnos a la izquierda con objeto de localizar una pequeña vereda de ganado que hay un poco más arriba. Este sendero discurre horizontal sobre la orilla derecha del arroyo Lazán, cruzando, poco más adelante, un breve hayedo. En terreno ya despejado enlazamos con una pista que viene del puerto de Piedrasluengas (1.357 m). Continuando por ella algunos metros nos situamos en la parte final del vallejo. Ya fuera de la pista, un pequeño sendero cruza la regata y asciende (S.W.) una inclinada campa en dirección a los escarpes rocosos de la Peña Abismo (1.735 m). Una vez en la comba herbosa (1.468 m) anterior a estos escarpes buscaremos hacia la izquierda los mejores pasos que permite sin complicaciones llegar a una canaleta que tras una breve trepada conduce a la cresta e inmediata cima de la Peña Abismo (1 .735 m).





Vistas que hoy nos circundan  a 1.735 m. en Peña Abismo. En primer lugar, abajo, la aldea de Piedras Luengas, muy cerca de la cima del puerto de su nombre a 1355 msnv.
Antes de las 12 h, mediodía horaria política, salimos del pequeño agujero trinchera a cielo abierto  del 36 -que por aquí también hubo tiros en aquella barbarie de triste recuerdo- y descendemos rocas abajo hasta la pradera y cuna de un pequeño arroyo, hoy bastante bravo por lo que ha caído en invierno. A medio camino se rompe el grupo -cosa muy inusual en esta ya cuadrilla de conocidos y amigos montañeros de cada mañana de domingo- y me voy  con los tres que vuelven a comer a  sus casas.  En el descenso del largo puerto, paramos por si es preciso socorrer al motero que ha caído en una curva y ha dejado la moto aparcada y algo "tocada" en plena curva. A las 13,45 h. tras despedir al chófer  con un "muchas gracias por todo, nos veremos de nuevo en la montaña", aún llego a las 14,05 h.  a los soportales de Aguilar a tomar la ronda con la familia, con las polainas puestas y sólo un poco de barro.

1 comentario:

  1. Patxi.
    Como cerveranos agradecemos tu crónica elegante y detallada. Ya vemos que eres una amante de la naturaleza y eso es muy importante para todos nosotros.
    Un saludo

    ResponderEliminar