viernes, 26 de febrero de 2016

DE ALAR A AGUILAR POR PEÑA AMAYA (1377) EN DIA INVERNAL, 35 KMS.


Hoy el tiempo me ha castigado por mi osadía. El reto era atravesar Las Loras, reserva geológica palentino-burgalesa en un día y por sus tres cimas más altas. La lluvia, niebla, ventisca y nieve no han cesado y me han machacado las diez horas de "paseo" por montaña y asfalto. No contaba con tanta agresividad del invierno. Pero hace una hora lo he terminado vivo, aunque haya tenido que rebajar las cimas de tres a una. Siempre no se disfruta, siempre no se cumplen en su totalidad los retos... Pero siempre se aprende y se coge experiencia y fuerza para la siguiente.

En ocho días de invierno y nieve que estoy en la Montaña Palentina, voy a escoger el más invernal y agresivo para el reto más difícil y complejo... y cuyo suelo y zona tampoco conozco. Las cimas de Peña Amaya (1377), Peña Mesa (1227) y Las Tuerces (1081), en una sola jornada, me tendrán que esperar para otra caminata.
A las 13,34 h. consigo refugiarme en la solitaria  cueva que  pillo... almuerzo el bokata y una naranja, única vitamina y alimento de la titánica jornada... serán los únicos 15 minutos que no me mojo.

"Las Loras no responden al estereotipo del paisaje bucólico, de frondosos bosques y verdes colinas, pero su agreste rareza conmueve al paseante que lo ve sin prejuicios y se deja sorprender por los elementos únicos que encierran estos páramos: laberintos de piedras, altozanos de vastos horizontes, peñas que muestran sus estratos de roca plegados, simas y cavernas, hitos prehistóricos, campos petrolíferos, hayedos relictos..."

Evidentemente, hoy no era el día ni yo ese paseante.
A las 14,09 hago cima... aunque tengo que cerciorarme mucho de que lo es, porque la visibilidad es sólo de unos 5 metros.
Los estudiosos del tema, cifran en 215 millones de años la edad de estas rocas, que también fueron mar, y en 4.000 millones la edad del Planeta Tierra. Para el que tiene ya la práctica de volar con la mente a esas fechas, como este osado aventurero, estudiante siempre y escritor, le es fácil ver la evolución del planeta en el que le ha tocado vivir. Y en Las Loras, hay mucho, pero que mucho para ver en este sentido.


La importancia estratégica de Peña Amaya se pone de manifiesto por la larga historia de asentamientos que, durante mas de dos milenios, coronaron sus escarpes. Las evidencias arqueológicas se remontan a tiempos prehistóricos, pero es el final de la Edad de Bronce, en tono al s. X a.C, cuando se intensifica la presencia humana, convirtiéndose en la Edad del Hierro (s.VIII-I a.C.) en uno de los principales baluartes indígenas frente a la ocupación romana. Su castro fue escenario de los últimos episodios de las Guerras Cántabras, hasta su caída entre 29 y 19 a.C. y posterior refundación como Amaia Patricia.

Este es el "edificio" más completo que encuentro arriba en la gran planicie rocosa...

 
... y abajo en la aldea actual de  solo unas 15 casas aparentemente habitables y 47  personas censadas en 2013, esta  enorme iglesia actual. Y trabajando en una cuadra tengo la suerte de encontrarme y charlar con dos paisanos soldando una pieza para el tractor, los únicos que veré en cuatro pueblos pasados hoy.  Esto es lo poco que queda (y muriéndose) de la "capital del antiguo ducado de Cantabria, establecido precariamente por Leovigildo en 574, primera capital de condado de Castilla, dependiente del Reino de León. Flag of Spain.svg España" (Wikipedia). 

 En el tramo de carretera desde  3 kms. antes de San Martín de Valdelucio  (al que bajo a las 15,20 al asfalto) hasta enlazar con la N 627 de Burgos a Aguilar a las 18 h., sólo encuentro una furgoneta ... y suerte que se apiada de mi y me recoge en lo alto del Puerto de...,  cuando más llueve y ventisca me ataca. Otro automovilista  (Luis, de 49) me acercará los  8 últimos kms, cuando la noche y el tráfico me hubieran devorado.

 
ACCIDENTE MORTAL. Veo a las 18 h. casi en directo este choque frontal, en la N 627 a 8 kms. de Aguilar. El asfalto está muy peligroso, por el intenso tráfico, velocidad, lluvia y ventisca. El Director del Museo de Altamira acaba de morir en él y su esposa y conductor del otro vehículo son evacuados graves varios minutos después, tras cruzarme con  la policía de tráfico, los bomberos y la ambulancia.


Al final de la aventura y de la jornada, otro pensamiento invade mi cerebro. Si el domingo pasado estuve cerca  de un accidente mortal de un montañero en el Curavacas, hoy acabo de pasar junto a un automovilista que está dejando la vida en el asfalto y otros dos que la tienen muy grave.  Y están aún ahí. Somos tan frágiles los humanos... que en unos segundos o minutos podemos dejar de estar vivos.

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