martes, 23 de mayo de 2017

HOSPITAL GALDAKAO - ARRIGORRIAGA POR MONTAÑA Y UPO (567), 25 Kms.

PRUEBA SUPERADA.

A las 8,30 h., tras quitarme en Hospital Galdakao el holter cardiograma, amarrado a mi pecho las 24 horas anteriores, inicio un pequeño entrenamiento. De Usánsolo a Arrigorriaga por la montaña, hay unos 20 kms. Le he añadido una dificultad y tramo más, llegando hasta el Upo (567m). Con charla en el camino y sesiones de fotos y disfrutar de la cima y su bella panorámica, como del Embalse de Lekubaso y su selvática circundancia... me ha resultado un bello paseo de cinco horas.
 
 
Este recorrido ya le he efectuado tras otras salidas del hospital. Pero  ni las circunstancias ni el recorrido exacto ni el momento son iguales. Según la ley humana, tengo más años y con ellos menos fuerza, pero más templanza y con ello más experiencia. Voy a dejar a las fotos sacadas que os lo cuenten. Sólo contaré al pie de ellas,  algunos de mis conocimientos del lugar.

La imagen puede contener: una o varias personas y personas de pie
Este holter lo he tenido colocado 24 horas seguidas, las inmediatamente anteriores a esta excursión de cinco horas. Con él también he realizado otra prueba más urbana de 12 kilómetros.

 
 
El Embalse de Lekubaso, a media hora a pie del final del barrio Galdakaotarra de Usánsolo, recibe las aguas del arroyo del ese nombre. Construido hace varias décadas, a mediados del s.XX, para abastecer a Usánsolo y Galdakao, actualmente forma parte de la red conectada de embalses de Araba y Bizkaia  que agrupa y gestiona el Consorcio de Aguas del Gran Bilbao, cuya sede social, oficinas e instalaciones principales de hallan en el Barrio Venta Alta, de Arrigorriaga.

 


Al de dos horas de camino, se llega al collado que hace vertiente de aguas entre el Ibaizabal y el Nerbión.  A la derecha esta el monte Upo a una hora. A la Izquierda el Artanda. Es un crucero de caminos, con casa y granja al lado. Hasta aquí, carretera de asfalto, gravilla y cemento, en leve ascenso y pendiente, ha sido sólo  una "empanada" de pinares, los invasores desde medio siglo XX de los anteriores autóctonos hayas, robles y castaños.

 
Al menos, al llegar al collado, se empieza a disfrutar del canto del gallo y de un amplio espacio de hayas que han aguantado la invasión pinar. Cuando subimos al Upo, las marcas rojas y blancas ya nos dicen que vamos por una GR...
 
 
 
En seguida, un pequeño parque acondicionado para merendero de domingueros, muy bien dotado, pero...


 ... el artesano pilón, con dos grifos y pesebres de agua... al menos hoy no me da de beber, alimento tan necesario en la montaña para  todos.
 
 
Tras el área de recreo, a la izquierda ya se disfruta de un extenso hayal. Al de pocos minutos este pequeño llano, con pista para todoterrenos, nos enseña la senda pronunciad final que los montañeros  hemos trazado por el cortafuegos que conduce en vía directa al Upo (567).

 
La cima es una pequeña pradera de unos 15/20 m2, con unas vistas extraordinarias, sobre todo al N, con Bilbao y sus pueblos circundantes a los pies del montañero. Sólo la proliferación de "buzones" compitiendo (mas de media docena) y placas conmemorativas/homenajes a muertos... quizás deshomenajean  a un monte pequeño pero muy querido por todos los mendizales de la zona.

 
A las 11,30 y en tres horas llego a la cima, que bien se merece un relajo de casi 30 minutos  para  fotear y disfrutar el lugar y el entorno. Llegan y se van raudos dos  mendizales veteranos del Ganguren galdakaotarra, que una vez más acaban de coronar antes del mediodía horario las tres cimas hermanadas de la zona, Artanda, Mandoia y Upo. Hago un descenso muy vertical por la arista que apunta a Arrigorriaga, no muy recomendable hasta dar con una pista forestal donde un ciclista de montaña disfruta pie en tierra d las vistas panorámicas del "Botxo" y su entorno. Sólo charlaré en el descenso con él y con una decena de cabras, que unas se acercan primero y otras correteaan entre curiosas y esquivas, pero ninguna me contesta en mi idioma.
 

 
Arrigorriaga desde detrás de los pinos. Ver tu pueblo desde una perspectiva lejana y no habitual es tan necesario como conocer un poco el bosque viéndolo  desde fuera.
 

 
Desde la cima del Upo, parte del Gran Bilbao. La bruma, hoy no me deja ver el Mar Cantábrico

 
El ciclista de montaña se toma un descanso para contemplar pie en tierra  su "Botxo" del alma. Cuando lo avisto desde lejos, con su rojo, parte del color de la bandera de Bilbao, me parece la guinda del día para mi foto del recuerdo.

 
Las cabras, al comprobar que no les traigo comida, prefieren vigilarme desde la sombra. Son listas, porque el sol ya calienta de verdad.

 
Y este rincón tan bucólico, una cascada de agua que no está en la selva lejana. Se ve desde la carretera asfaltada que camino la casi última hora, ya con calor abrasador, en "la vuelta a las canteras", que llamamos los indígenas de la zona, y que tantas veces he andado y corrido cuando ejercía mi actividad bancaria en la anteiglesia de los "pajeros".
 
Y desde el puente peatonal "de los tirantes", ya en Arrigorriaga, esta es la imagen de las 13,30 h. a mi llegada. Veo en el río Nervión al menos a tres personas. El día invita a bañarse en él.
 
 
 



 
 
 

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