Menaza, situada entre las
zonas de la Braña y la Lora en el norte de Palencia, es un pequeño
pueblo agrícola y ganadero, situado a tan solo 6 kms. de Aguilar de
Campóo. Hasta la década de los sesenta del s.XX tenía su ayuntamiento en Néstar, que acumulaba cinco aldeas diseminadas de la zona de similares características y tamaño. Y a partir de entonces, Aguilar se los comió. Y sus actuales habitantes aún me hablan del alcalde, el más anciano del pueblo, al que no consigo visitar en mis dos intentos, al no encontrarle en su casa ni en la calle.
El pasado lunes 11 de marzo, hago unos kilómetros de entrenamiento en mi veterana bicicleta Orbea "Altube" de 1980. Distendido, llego hasta esta aldea de piedra, que ya anterioremnte había visitado y hasta pasado andando por ella sin detenerme tanto rato a ver sus maravillas. Tomo alguna pequeña nota a lapicero y muchas en mi memoria, pero vuelvo de nuevo en bici el miércoles 13 con la máquina de fotos. Y tomo más notas y charlo con más vecinos, hasta que se me acerca la noche y tengo que regresar a Aguilar, que no llevo luces. Otras ocupaciones -viajes y aventuras- no me dan tregua hasta hoy, que retomo las notas y agudizo mi memoria para subir aquí etas líneas.
Buscando un elemento natural para definir al pueblo con un eslogam, las piedras ganan. Y hay más cosas, claro. Por ejemplo, 24 casas y 18 habitadas, 20 personas y 9 chavalillos/as, muchas ovejas y tierras de labrantío, una iglesia con muy buen porte, una enorme casa rural, un taller de herrero y artista moderno, ... y veo niños y jóvenes jugando y hablando por sus "calles". Ah!... y las yeguas de postín de Claudio, que me las enseña así como su "cuadra" cuando va a darles la "merienda".
Las ovejas y el pastor. Elias (43), Ursula (32), Joan (12) y Ursula (7), son la familia de rumanos que ya llevan diez años aquí y totalmente adaptados. El es el pastor asalariado de 360 ovejas, que no para mientras me atiende, sea dándoles de comer o llegando con el tractor de trabajar en las tierras y el acarreo de fardos. La niña es extraordinariamente abierta, espabilada y cariñosa. El segundo día, tras verme, me acompaña un rato y quiere salir en las fotos, que sus padres me autorizan. Joan, más serio y distante, promete intentar encontrar esta entrada en internet para que la vean todos en casa.
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