MONTAÑA PALENTINA

Valdecebollas (2139).  De 9.10 a 13,35 h. desde el aparcamiento a cuatro kms. de Golobar.  En solitario, ruta a pie de ida y vuelta con nieve  hielo, 15 minutos en la cima para las fotos y contemplación del impresionante luminoso y nítido día de sol y otros más de 30 en las fotos y charla con los dos grupos de montañeros que suben después, ya casi al mediodía. Sensación térmica en la cima  muy por debajo de cero, con suave pero helador viento del noroeste. 

Valdecebollas (2139) 11,33 h. 9.03.14

En enero mi agenda se ha centrado en una nueva invernal del Camino de Santiago, esta vez el 22º diferente por la Peninsula Ibérica, desde Logroño a León, que cuento con detalle en mi blog Peregrino Bat. En febrero he priorizado la observación y correción de algunos excesos perjudiciales para el interior de mi cuerpo físico, no sin esporádicas entradas en este blog. Y para marzo mis proyectos estaban en la Montaña Palentina y en un nuevo Camino. En lo primero ya empiezo hoy. El Camino Olvidado quiero iniciarlo en Aguilar de Campóo el próximo lunes... y contarlo en el blog tan puntualmente como el propio camino me lo permita.

La Montaña Palentina. La conozco en parte desde hace más de 40 años, pero, como suele ser habitual para los que la "hacemos" viniendo desde lejos, atacamos siempre los montes más simbólicos, altos y conocidos. Por eso los Peña Prieta, Curavacas, Espigüete, Murcia, Tres Provincias, Valdecebollas... los llevo en mi mochila ya más repetidos que el total de mis dedos. Me quedan por lo menos casi todos los de "segunda división", los que andan entre los 1.500 y los 2.000 metros de altura.  

Desde Aguilar, el Valdecebollas me parece el paseo más cómodo, corto y fácil. Es como el Gorbea en mi Tierra Vasca. A veces, igual que aquel, también peligroso. Como esta mañana, muy nevado y helado, casi imprescindible subirlo con crampones, piolet y bastón. Pero a diferencia de aquel, nunca me encuentro casi nadie arriba. Y en mis ya más de una decena de ascensiones, sólo he coincidido una vez con un indígena de la zona, Juanito el de las Casas Baratas de Barruelo. En el Gorbea, sin ir más lejos, en mi última ascensión del  pasado 31 de diciembre, a las 10 de la mañana y en las peores condiciones imaginables y que he conocido allí arriba (1.482 m.), ya estábamos más de cien mendizales indígenas vascos. ¡Euskalherria es tierra de montañeros!    

Al pie de cada foto, cuyo bloque dejo para el final de esta entrada, anoto algunos datos de esta mañanera.

Las parejas de cigüeñas en su procreacción son aquí un atractivo puntual y único en esta época.

Porquera de Santullán fue municipio hasta 1960, que se lo anexionó su vecino Barruelo.

Primer refugio en la cota de los 1300/1400 m.,  en la carretera a Salcedillo.

A partir de unos 1500 m. (último aparcamiento hoy), los cuatro kms. de carretera hasta el Refugio de Golobar (1650), están con bloques de nieve hasta de 150 centímetros.

Refugio a pie de "carretera" a unos 1550 metros.

Lo de este "Refugio" en Golobar (1650) fue demasiado grave. Tras una inversión dineraria exagerada, carretera y tendido eléctrico incluído, nunca se llegó a inaugurar. Lo conozco hace más de 25 años. 

Tras una rampa pronunciada que salva 350 metros de altura, se llega al collado del entono de los 2000 metros, desde donde ya es un paseo al Torreón (nombre que dan los nativos) cuando la nieve y el hielo, el viento y el agua están ausentes.

Desde el collado de los 2000, el Valdecebollas y los Picos de Europa, a las 11,35 h.

Y en la cima, 15 minutos para disfrutar... a pesar de los -5º aprox.

Hasta con mi humilde y veterana retratadora, salen hoy buenas fotos.

A las 11,45 h. no hay huellas de haber subido hoy nadie a esta cima de 2139 m. En mi descenso me cruzo y charlo con tres vallisoletanos de Pucela, de 45 años y bien equipados de cuerpo y material, que se tienen que calzar los crampones a unos 500 metros del objetivo, porque también pretenden bajar a la Cueva del Cobre.
Después, en otro grupo cántabro de ocho, dos veinticincoañeras con raquetas, sufren y disfrutan en la rampa fuerte. Y la amiga de Raquel acaba de parir hace sólo dos meses. ¡Tiene  mérito... y así se lo digo y animo, aunque intuyo difícil que ambas puedan llegar!

A las 8,30 h. no había nadie en el último aparcamiento posible. A la 13,35, ya cuento 75 turismos y veo en su entorno un enjambre de domingueros disfrutando de la nieve cercana. El espléndido sol  deja su "foto" en mi fiel turismo que pronto puede cumplir 20 años acompañándome.