"En mayo cumpliré noventa y un años, si Dios quiere". Es Felisa Barrenengoa, creyente como no podía ser de otra forma por su época y lugar, nacida en Agiñiga (Ayala), pero desde casada viviendo en Lezama (Alava) y toda su trabajadora vida en Euskalherria.
Cuando a las 7 de la tarde, ya de noche, aún sigo trabajando en la calle a la luz de la farola en la recogida y el cortado de la leña que hoy he bajado de la montaña, llega un todoterreno desconocido al aparcamiento del caserío, a tan sólo cuatro metros de mis ojos. Traen a la abuela nonagenaria a conocer la Venta Pozoportillo.
Detalle de la fachada de La Venta al anochecer. Hoy faltaba la nieve, pero llegaba una visitante de record. |
La ha subido su nieta mediana desde su Lezama del alma hasta la Sierra Salbada que la vio nacer al lado. Claro, los curtidos montañeros/as llevan a la amama a la montaña. Por la Campa de Oleta, la Fuente de los Nudos, la Pasada Mala, el Portillo del Aro, Cobatas con sus txabolas, refugio y fuente, y Mojón Alto (1068), no ha perdido ojo ni oído de los detalles de la hoy casi solitaria maravilla de la naturaleza de esta tierra.
Y para cerrar el día, de 7 a 9,30 de la noche, nos visitan en la veterana Venta. Dos horas y media que se han han hecho cortas, por la intensidad y lucidez de su conversación y saber estar. El trabajo, con el que aún no está reñida, no le quita tiempo para leer todo lo que pilla y le dan de provecho. En mi criterio, estas dos virtudes son de lo más importante para poder llegar aún mucho más lejos y... a gusto!
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