QUIERE VOLVER A INTENTARLO
Alex Txikon relata su intento a la cima del Everest invernal
Alex Txikon explica en primera persona cómo han sido los cinco días que
ha durado su intento al Everest. "Han sido duros, muy intensos y con
un compromiso altísimo", escribe. Pese a que han sufrido una nueva baja
en el equipo [ya es la tercera], Txikon se siente con fuerzas para
probar de nuevo.
"Nos dan buen parte de meteo para el día
14, así que vamos a por ello. Salimos el día 10, no muy pronto,
Norbu, Chhepal y yo. Sin mayores problemas que solventar la cascada
de hielo, alcanzamos el C2, a 6.350 m, en unas 8 horas escasas. Entre
Norbu y yo montamos el C2 de nuevo y Chhepal llega algo más
retrasado.
"A eso de las 19.00 horas estamos dentro
de los sacos a -32 grados bajo cero, la noche es muy fría. Ha
amanecido ya y estos aún roncando, pero yo ya estoy cansado de estar
14 horas dentro del saco. Les despierto y nos vamos a preparar algo
para comer: arroz, eso sí, pero gracias a Endika y Beñat, que nos
han traído un montón de cosas de casa, y entre tantas, tenemos un
par de cintas de chuleta de Tolosa gracias a Tedi.
El día 11 es nuestro día de descanso
en el C2, y qué bien nos lo montamos, a las 16.00 horas llegan Nuri,
Furba y Pemba. Hablamos un rato y para el saco hoy la noche es
incluso mas fría que la de ayer.
Día 12, día de curro. Salimos para el C3
Norbu, Chhepal y yo, el equipo A; el equipo B subirá del tirón al
C4 el día 13. Salimos del C2 a eso de las 11 de la mañana y en cinco
horas llegamos al C3. Los rayos del sol nos calientan hasta bien
entrada la tarde, es entonces cuando nos metemos al saco, hablamos
con el C2 y con el CB y se confirma la meteo. El plan es de arrancar
el día 13 a nuestras 3 de la madrugada. Es media noche y estoy
ansioso por salir. De repente nuestra tienda se mueve, cruje el serac
con muchísima fuerza y mi corazón triplica su ritmo cardiaco.
"El viento nos golpea duro, muy duro"
"En tres segundos Nurbu y yo estamos
fuera de nuestros sacos con las frontales encendidas, mirándonos las
caras de miedo, pensando que nos deslizábamos pendiente abajo, yo
con medio cuerpo fuera de la tienda. Los dos miramos a Chhepal, que
no se ha enterado de nada, y nos empezamos a reír. A mí se me quita
la tontería muy rápido ya que me he quedado como un pajarito fuera
de la tienda y nos metemos para los sacos.
No hago más que mirar el reloj, a las
1.30 estamos derritiendo nieve. La noche aprieta mucho, hace
muchísimo frío y el viento nos golpea duro, muy duro. Queríamos
salir a las 3.00 pero acabamos saliendo a las 6.00. El equipo B ha
salido finalmente a las 2.00 de la mañana del C2 y prácticamente
nos alcanzan saliendo del C3. El viento no amaina en ningún momento,
llevo toda la ropa de la que dispongo y aun así estoy helado. Me
siguen Chhepal y Norbu, y mi mente solo piensa en contar pasos,
imaginarme la altura en la que estaremos, y la idea que ronda mi
cabeza es dónde me acariciarán esos ansiados y deseados rayos del
sol. Hasta las 11.00 no va a ser, ¿pero dónde será?
Tengo medido a qué horas empieza a
pegar el sol en zonas diferentes y eso me sirve para animarme, qué
largo se me hace, no es hasta que estamos a unos 7.550 metros,
atravesando las bandas amarillas, cuando el sol empieza a brillar con
mucha timidez. Llevo 2 largas horas que no siento los pies, ni yo ni
el resto del equipo. Las cosas se complican y mucho a unos 7.650
metros. Chhepal se acerca y me dice que nos bajemos.
El viento nos golpea con mayor
intensidad, de repente nos hacemos una piña y les digo a todos que
confíen en mí, el tiempo va a cambiar, y el viento va a amainar,
ahora nos pega de oeste y está previsto norte, noreste. No podemos
con el frío y después de hablar el plan, les digo que por favor
usen las botellas de oxígeno que llevan. Normalmente ellos usan tres en
un ataque a cumbre, pero cada uno de ellos lleva dos botellas. Me
hacen caso y conectan los reguladores. El viento sopla más constante
y con mucha mayor fuerza. Estamos a 7.800 metros, atravesando el
espolón de Ginebrinos, y no lo ven claro.
"Somos incapaces de montar una tienda entre seis"
Me pongo en cabeza, no sé si voy a
poder mantener un buen ritmo para ellos, ya que yo no uso oxígeno
artificial, pero creo que el intenso frío me hace no parar. El
viento a veces hace que nos tengamos que echar al suelo, esta siendo
excesivamente difícil y comprometido, voy hablándoles a todos y
dándoles ánimos, fiándome de los partes a muerte, muy mentalizado,
por un momento pienso en llamar por walkie a Aitor, ya que la
predicción no se está cumpliendo, pero hablar con walkie es
quedarme sin dedos, estaremos a 45 bajo cero y con 60 km por hora de
viento. No sé cómo aguanto, el Nanga Parbat es un caramelito si lo
comparo con estos momentos.
Chhepal se acerca de nuevo y me dice
que nos bajemos, les vuelvo a pedir por favor que no vamos a hacer
ninguna locura y que el viento va a parar. Les digo que me sigan, la
cuerda fija está rota, cojo una estaca y me pongo a reequipar. Los
E-climb los dejé en el C4, vemos ya el C4, pero el viento es
insoportable, no podemos dar más de dos pasos sin tirarnos al suelo.
Meto otros 100 metros más para nuestra seguridad, ya que la anterior
vez aprovechamos cuerdas viejas intermitentes.
Estamos en el C4. Me siguen Norbu, Nuri
y Pemba y no podemos ponernos en pie. Saco la primera tienda y entre
los cuatro es imposible montarla. Esperamos a Furba y Chhepal.
Mientras tanto, una de las barillas se ha roto y en el collado sur, a
7.950 metros, mínimo habrá 50 tiendas. Es un sitio desolador y allí
me voy yo a kuxkusear, a intentar pillar una barilla, y da la
casualidad que en la tienda a la que voy hay una persona fallecida.
Joder, en las condiciones en las que estamos se te pasan muchas cosas
por la cabeza y una de ellas es que puedas acabar igual. Hacemos una
intentona entre los seis para montar la segunda tienda y es que es
imposible, jamás me ha pasado cosa igual. Ser incapaz de montar una
tienda entre seis.
Echamos unas piedras encima y me voy a
kuxkuxear otra vez. Según llegaba, había visto cartuchos de
Epigas. Ninguno de nosotros llevaba sacos de dormir, por tanto gas
extra nos hará pasar menos mal. Las horas previas a la salida para
cumbre me acerco a la tienda que había fichado y no me lo puedo
creer: otra persona fallecida. Desconozco sus identidades, un abrazo
enorme a la familia y allegados. Dejo los cartuchos de Epigas y
hacemos una segunda intentona en montar la tienda, apenas podemos
incorporarnos, de nuevo los seis, y lo damos por imposible.
Rápidamente hablo con todos, depositamos todo el material y
arrancamos para abajo.
"En principio hoy queríamos salir con el sol, ya vale de tanto sufrir"
Le digo a Nurbu que no siento nada, que
por favor me acompañe en el descenso ya... el resto nos cogerá, van
todos enchufados. Son las 17.30 h, o nos movemos o nuestras vidas
pasarán a otro escenario. Pido un walkie y tras un momento de
confusión total me pasan uno. Hablo al fin con el campo base donde
me confirman que el parte ha cambiado y que debemos salir de ahí.
Finalmente no arranco, me siento responsable de mi equipo, en todo
momento he apretado para llegar aquí arriba, y todos han arriesgado
sus vidas, así que hasta que no sale el último no empiezo el
descenso.
Es difícil calcular pero el viento es
constante y seguramente su intensidad superara los 80km por hora como
mínimo tirando por debajo, no sé cómo hemos podido supera todos
estos momentos. Empezamos a rapelar y vamos todos a una, noto que
perdemos altura, pero no siento ni la nariz ni las manos y qué decir
de mis pies, llevaba calculado que me aguantarían hasta el C4 y allí
me los calentaría. El descenso extra al C3 lo pagaré caro, pasamos
las bandas amarillas y son ocho los rapeles hasta el C3.
Llegamos de noche y no puedo ni llorar
del dolor que tengo. Decidimos pasar la noche allí, ofrezco mi saco
y esterilla por si alguno no puede más y prefiere dormir en el
C3. Finalmente nos metemos con todo dentro de la tienda,
crampones....Nurbu, Chhepal y yo. Fundimos algo de nieve, apenas dos
sorbos cada uno y nos metemos con todo dentro del saco. Segunda noche
sin dormir, no puedo del dolor, y frío me sobra un rato, unos
escalofríos que me acompañan toda la noche, y este dolor de los
pies no me ha dejado descansar ni un minuto.
En principio hoy queríamos salir con
el sol, ya vale de tanto sufrir. Nurbu a las 7.00 se ha despertado y
sugiere que nos bajemos, está la tienda que da pena, ha sido una
larga y dura noche, me mentalizo y sé que falta un último peldaño.
Con lo que más he sufrido ha sido poniéndome las botas, en 10
minutos estaba preparado y he salido el primero precedido de Chhepal
y Norbu. Lo que desconocía por completo era lo que estaba a punto de
suceder.
"Algo me golpea, no sé, qué está pasando, no veo nada"
Cuatro rapeles y miro para arriba, veo
a Chhepal para entrar en la vertical y Norbu aún muy cerca del
emplazamiento del C3. Joder con el viento, toda la noche soplando y
ahora no nos deja ni un segundo. Sopla con muchísima fuerza, hace
muchísimo frío, mucho, vengo con las manos tiesas.
Voy rapelando con los guantes, no me da
para más, me encuentro en uno de los fraccionamientos, estoy con las
manoplas tratando de chapar mi mosquetón de seguridad al siguiente
fraccionamiento, el gatillo se ha quedado enganchado en el pulgar de
la manopla..... Algo me golpea, no sé, qué está pasando, no veo
nada, tan solo me preocupa que el mosquetón de seguridad esté
pasado por la cuerda. Voy cayendo cada vez más rápido, sé que voy
en una avalancha, y sé que me voy a dar una buena hostia.
Si no he chapado el mosqueta sé que
voy a morir, y si va chapado voy a detenerme después de caer este
fraccionamiento, que son mínimo 100 metros. Creo que toco la
pendiente en estos 100 metros en tres ocasiones según voy cayendo a
gran velocidad. Finalmente me detengo en seco, me frena la caída un
tornillo, y no puedo respirar, me agobio muchísimo, apenas siento un
hilito de aire, me voy viendo y sintiendo mientras tanto cómo estoy,
el miedo se apodera de mí, ya que va más de un minuto sin que entre
aire en mis pulmones.
"Aún no sé cómo no me he roto nada"
"Finalmente, empiezo a respirar. La
avalancha empieza a ser de piedras y caen cientos. Miro de reojillo
para arriba y veo a Chhepal aguantando. Norbu ha tenido más suerte y
no le ha caído nada, me siento mirando valle abajo, golpeándome
cientos de piedras, esperando a la muerte. Estoy muy pillado y no
puedo hacer más... después de casi diez minutos dejan de caer
piedras, miro para arriba y pienso en cómo leches estoy vivo, una
entre mil. Con toda mi poca energía empiezo a rapelar de nuevo con
los guantes, lo más rápido que puedo. Me siguen Norbu y Chhepal.
Nos reencontramos en la base, y Chhepal
está sangrando por la cabeza, tiene una brecha, mañana será
evacuado a Katmandú. Hemos tenido suerte pero de la de verdad, qué
miedo hemos pasado, cada vez que me veo cayendo a toda velocidad un
escalofrío recorre mi cuerpo. Aún no sé cómo no me he roto nada
tras frenarme en seco. Eso sí, me duele cada parte de mi cuerpo,
esperemos que mañana sea mejor día.
Ayudamos a Chhepal, llegamos al C2 y
arrancamos para el campo base. El viento sopla aún con mucha fuerza,
vamos todos en llanta, pero con una sonrisa y pensando en la cascada.
Ya hemos tenido hoy suficiente. Han sido días duros, muy intensos,
con un compromiso altísimo. Nos metemos en la cascada, apenas me
quedan fuerzas pero voy muy tranquilo, tan solo suplico a cada serac
o en las zonas expuestas que no se caigan ahora. Ahora no, por favor.
Hasta llegar al depósito donde me esperan Pablo y Aitor. Creo que he
deseado este momento desde que salí del campo base el día10, pero
ahora mismo, después de lo sufrido y padecido, he de decir que me
siento un poco más vivo. El equipo está muy tocado, perdimos a
Carlos, después a Lakpa y ahora nos quedamos sin Chhepal. Tan solo
estamos cinco, me siento con muchísima fuerza de probar suerte de nuevo.
Ya veremos qué pasa los siguientes días"
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