Este es un viaje a vida o muerte, realizado por Joaquín Pruñonosa
Palomo del 12 al 21 de Junio de 1946, a sus 13 años, que me ha contado varias
veces “por capítulos”, y que hoy me lo
resume a petición mía.
Tras el golpe de estado en España
del 18 de julio de 1936 por algunos militares apoyados por el fascismo
internacional y por la iglesia católica de Pío XII, fueron tres años de guerra
civil entre hermanos. De los crímenes y barbaridades, del empobrecimiento y el
odio generado, nunca lo sabremos todo. “Un millón de muertos”, una novela de Gironella escrita hacia
1960, sólo fue un botón de muestra
contado por los golpistas Entre los asesinados y los “muertos” fuimos quizás
media España, incluidos los que nos obligaron y siguen obligando a ser
españoles. La posguerra no fue mucho mejor.
Pero este no es mi tema de hoy,
sólo el preámbulo para situarlo en el tiempo y en las circunstancias Al que
quiera saber algo fidedigno de esa guerra, le recomiendo no acudir a autores
españoles, siempre maleados y sesgados según al bando que les paga. Mucho más
objetividad y análisis encuentro en autores franceses. Lo mío es la
intrahistoria, la que me cuentan las gentes humildes y casi sin nombre en voz
baja.
Juan Bautista Secundino Pruñonosa Ferreres
consiguió escapar en 1939, atravesando malamente parte del este hispano y los
Pirineos para empezar una nueva y casi miserable vida en el Ariege francés. El duro campo y
monte de Rieux de Pelleport le tuvo prisionero siete años de una idea noble:
Rescatar a su familia, que había dejado en Santa Magdalena (Castellón). Ahorró,
ahorró y ahorró en la pobreza. Es fácil suponer cómo. Digna, dignísimamente. Pagó mucho dinero a los
dos guías y al “sistema de refugiados” para este viaje de vida o muerte de su
familia.
Joaquin y Reine se casaron en Francia el 18.03.1956. Esta es la fota de boda de Secundino y Magdalena de 1930. |
El 12 de junio de 1946, salieron de
Santa Magdalena en tren a Barcelona, su esposa Magdalena (39), y los hijos de
ambos Pascual (15), Joaquín (13) y Josefina (10).Después se perdieron en la Seu
de Urgel, no conectando con los enlaces. Dramático total fue el paso hasta Les
Escaldes, donde tuvieron que esperar una semana. Por monte, a escondidas, casi
sin comer, rodeados de numerosos fusileros que primero disparaban… “Por esos
años pasó mucha gente, pero fue más la que dejó la vida y el dinero en el
intento”. “Que los tres chavales suban
por la carretera jugando con la pelota, corriendo para atrás y para adelante…
como que van de excursión a ahí al lado…” instrucciones que les dio uno de los
guías cuando les quedaba la peor línea de fuego. Sólo a la llegada, exhaustos,
a Pas de la Casa, les dijeron que ya estaban seguros. El 21 de junio se abrazaron con su esposo y
padre Secundino en Rieux. 700 kilómetros de huida, una semana de una indeseada
e indeseable excursión, en busca de la vida en otro mundo menos cruel y miserable. Era en España la
época de la postguerra, del hambre –“conocí a gente en mi pueblo que murió de
hambre”- . Y lo cuenta uno que vio muy de cerca la muerte, que se la jugó… y
sobrevivió. Y sobrevivió a los suyos. Ha sido mucho más que suerte, ha siso
saber ser y estar, sufrir y cumplir.
En esta enorme mansión, en la Rue Pamiers 47 de Rieux,
viven solos desde hace varias décadas Joaquin y Reine. Octogenarios ambos ya,
aún no han dejado de trabajar, en la huerta y en la casa y ayudando a sus hijos
en el negocio del aserradero y venta de leña.
Y como me consta, porque lo he
visto y vivido, en Rieux es una familia
querida. Sus dos hijos, Patrik y Laurent mantienen la vieja fábrica de estacas
(piquettes) y leña para estufas y
fuegos bajos que iniciaran Pascual y Joaquín. En más de cincuenta kilómetros a
la redonda no hay otra. Y aquella provincia, con capitalidad en Foix, es de las
más olvidadas de Francia. La agricultura, la montaña, la ganadería, las casas
se mantienen en un entorno natural y de vida “de campo”. En octubre de 2009, convivimos allí mi esposa
y yo una semana con ellos, les acompañamos en sus trabajos y en sus alegrías.
Fueron unos días inolvidables. Yo preferiría que Paris se siga olvidando de
Ariege.
Pero el hijo mediano de Secundino,
que se casó allí con la inmejorable francesa Reine, ha sabido volver a sus
raíces. Desde hace 40 años compró un apartamento en Peñiscola, tras venir
varios agostos al camping. Y casi puedo asegurar que en ninguno de sus
muchísimos viajes, ha dejado de pasar por Santa Magdalena, a ver a sus viejos
amigos y conocidos “que ya quedan pocos”… “a veces voy al cementerio a hablar
con ellos”. A sus casi 82 años, acabo de dejarle, en su veterano Citroen Xantia
4130 FZ 09 con ya 280.000 kilómetros, camino de “su pueblo”
En una semana
saqué tiempo para recorrer parte de su montaña de media altura…
… y repararles/mejorarles parte de la estructura del
viejo aserradero, además de acompañarles en la carga y el reparto a domicilio
de leña para quemar.
Joaquín, Reine, Dulce y Patxi (Rieux de Pelleport,
18.10.2009), en el jardin de la casa de su hijo Laurent
Y me ha contado de nuevo una
anécdota de su niñez… “ Iba con el abuelo y el burro y sonó un estruendo… le
pregunto al abuelo ¿Quién ha sido, el burro o usté? Y me contesta ¿Quien va a
ser? Y le digo… ¡Ya me parecía mucho para el burro!”
¡Con gente como Joaquín y Reine, yo estoy a gusto hasta en el fin del
mundo!
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