De Reinosa a Aguilar de Campóo, a tan sólo a 4,5 kms. de esta villa medieval, un desvío muy corto nos lleva a esta aldea-mirador.
Dicen los libros que en 1842 tenía 73 vecinos en 14 hogares. Fue municipio independiente hasta mediados del s. XIX y después absorbido por Nestar hasta 1970. Y hoy es una de las 17 pedanías de Aguilar. Y me dice Abelito, uno de sus moradores desde hace 75 años, que ahora sólo hay 25 en unas ocho casas... "pero en verano se llenan todas... y hay más de 100".
Casas muy arregladas, casi todas con portón y corral, calles muy anchas, bien asfaltadas, pabellones agrícolas modernos y amplios como el suyo, la báscula al lado que tengo la suerte de ver pesar un camión con remolque lleno de 17 toneladas de fardos de beza que va para La Franca (Asturias).
Beza, trigo y patatas es la cosecha de sus buenos campos cercanos. "La semana pasada me han llevado más de 40 Tm. de beza, que éste ha sido un buen año". El viento casi siempre sopla fuerte y frío, porque está en un altozano privilegiado para otras cosas. Sorpresivamente hoy al mediodía es tan caliente que la sensación térmica puede llegar a los 40º.
Por el sur, el monte Bernorio con Porquera de los Infantes y Villarén de Valdivia como aldeas a sus pies y a tiro de piedra, son sus vecinos más rurales. Al norte hay mucha Montaña Palentina. Y al oeste Aguilar, la Villa Medieval que llegó a sumar más de 300 pueblos y que casi desaparece en el pasado floreciente siglo del carbón... y que ha resucitado de sus cenizas con fuerza a la caída de este último y en detrimento de Barruelo de Santullán, es decir a partir de 1960/70.
Palacio de los Velarde y detalle de la piedra añadida en la fachada principal de su torre. |
Las "heridas" de la absurda masacre-guerra del 36 en la Torre de la Parroquia. |
Portalones, banos o corrales y exquisito gusto y colorido en sus arregladas casonas |
Abelito (el nativo que nos enseña su almacén y maquinaria agrícola) y Javi (que me acompaña en la excursión mañanera), descansando a la sombra en el viejo depósito de agua. |
Un dato personal. Conocí Cabria en 1973, sin carretera y sin ninguna casa arreglada. Me enseñaron por dentro una que chavales veinteañeros de Aguilar tenían alquilada o dejada por familiar (no ocupada) para guateques.
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