Estreno
la primavera con un paseo mañanero por esta Sierra, de nombre tan contrario al
clima de los pueblos más cercanos, uno de los paraísos del turismo europeo, que
hasta a mí me gusta en invierno por la garantía de su excepcional tiempo. En la
misma mañana que mi hijo lo hace subiendo una vez más al Gorbea (1482) con su
amigo... ¡Zorionak, Txus Ureta 50 Urteak!
Estreno
el día con el trabajo cotidiano en internet. Y después el desayuno con mi
compañera es muy importante para que la jornada vaya bien. Con su permiso,
salgo a las 10 h. para hacer una mañana montañera ambiciosa en 4,5 horas.
Subir desde la playa a buen ritmo, me hace sudar. El frío y mal tiempo de los
pasados días, me ha dejado otra vez más con las ganas de hacer el Puig Campana,
que todos los días lo he mirado desde abajo y sólo he conseguido verlo algunas
veces pero con la "txapela" de las nieblas en su cima.
En cuarenta minutos he descendido del "Mendibil" (como le llamamos algunos vascos al más cercano a la cruz y tercera cima en el cordal, empezando por el sur) al hotel en la calle Ruzafa.
Sí, he corrido. Pero también he vuelto a pararme en la Cruz de Loix a
retratarme con ella... y no me salía ni una foto decente. Y a charlar con uno
de Basauri, que le he reconocido "a lo loco" por su
ropa montañera, por el habla y por la nariz.
Aún me han sobrado siete minutos de las 14,30 h. pactadas para la comida, tiempo de sobra para ducharme y cambiarme de ropa.
Esto es el Mediterráneo. Y también esto es Benidorm.
Aún me han sobrado siete minutos de las 14,30 h. pactadas para la comida, tiempo de sobra para ducharme y cambiarme de ropa.
Esto es el Mediterráneo. Y también esto es Benidorm.
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