domingo, 19 de abril de 2015

SENDA DE LA MOLA (137 m. - 30 k.)

Sigo en la Sierra de Irta. Hoy hago la PR-V194-2. En tres semana de otras obligaciones por este litoral mediterráneo, me estoy camaleonizando con esta sierra natural para huir varias horas  del depredador y enfermo consumo de la costa del Azahar.


"Esta variante permite cerrar el PR esquivando el ascenso a la parte alta de la sierra, con lo que el itinerario resultante es de menor dificultad, con una longitud de 20 kms. y cota máxima de 370 metros.

A las 10,15 h. entro aquí en la Senda de la Mola
Peñiscola desde la cota más alta por la que paso hoy. (370)

"La variante parte del lado izquierdo del camino de Sant Antoni, un kilómetro antes de alcanzar la ermita. Se trata de una senda mal definida, por lo que hay que estar atentos a la señalización, que discurre a media ladera de La Mola, pasando posteriormente por la parte superior de un aterrazamiento de piedra en seco que desciende vertiginosamente hacia la urbanización Font Nova que se divisa a vista de pájaro.

10,28 h. Hito gigante en la Senda.
10,29 h. Aterrazamientos milenarios en la ladera muy pendiente de la montaña

La senda continúa por la carena de la montaña para descender  posteriormente hacia el barranco de Malaentrada, plagado de explotaciones agrarias abandonadas que conservan numerosos vestigios de arquitectura rural. La senda termina en una pista de tierra que tomaremos hacia la izquierda y conduce hasta el área recreativa de Mas del Senyor, donde enlaza con la PR 194 de nuevo." (del folleto Senderos de Irta, recogido en Turismo de Peñiscola).

Hay agua (donde bebo) en el área recreativa de Mas del Senyor
12,39 h. Mas El Xoxet. El guarda de montes y costas hace el parte de trabajo a la sombra. Curioso nombre. Demasiado llamarle masía a una cabaña. Y el "apellido", más propio para un bar de alterne... salvo que este rincón sea para eso.
Hoy de nuevo duatlón. El acercamiento por asfalto ha sido en bicicleta, 10 kms.  A este tramo le he añadido el resto de la PR 194 (en forma de cuadrilátero) para patear el recorrido de montaña y litoral. En la fuente de Mas del Senyor, tan pequeña y de simple goteo como difícil de ver, me he tomado el único alimento en la mañana de seis horas de caminata, diez cuencos de agua de mi mano izquierda.


12,49 h. El Pebret, con su cuartel abandonado y su playa poco utilizada, con Peñíscola al fondo.
 Una anécdota para mi importante. Por primera vez en 20 años que recorro esporádicamente esta sierra, me cruzo y charlo con una pareja -Mari (44) y Nolo 47)- de indígenas de la zona,  me informan  que en Peñiscola y Benicarló hay dos club de senderismo, Sierra de Irta y Chiruca. ¡Qué bueno saberlo para intentar alguna salida con ellos!





La charla con el guarda de montes y costas (47 años) no tiene desperdicio. Abierto y trabajador (parece), no es fácil pisarle la lengua,  como me dice que nos hicieron a todos los vascos en la dictadura anterior. "Y siguen", le informo.


Abril en su significado etimológico es aperire (abrir).  La naturaleza está ya en su mejor punto de apertura.




martes, 14 de abril de 2015

PEÑISMAR - ALCOSSEBRE (I+V 45 kms)

Desde hace ya varios lustros que para mí, el día del cumpleaños vuelve a ser un nuevo reto para demostrarme la fortaleza física y mental. Y programo el día con un esfuerzo extraordinario en el trabajo o deporte, muy lejos de las "celebraciones" a que nos empuja la sociedad enferma del consumo.


Pillándome en el Mediterráneo, vuelvo a una prueba de duatlón por la costa castellonense. Basta la veterana bicicleta Peugeot  francesa de hacia 1970, toda una antigüedad, y cualquier ropa cómoda para andar.

Quizás porque mi subconsciente sabía en el sueño nocturno que hoy tenía que celebrar además el 84 día de la República, he soñado que ya llegaba democráticamente la Tercera República Española, y al mismo tiempo la Euskalherria Errepublika para el Pueblo Vasco, por fin unido en Estado con sus Siete Herrialdes. ¡Qué pena... sólo ha sido un sueño!






Los neologismos lo llaman duatlón. Yo simplemente he cogido mi veterana bici para ir en la mañana hasta Alcossebre. Y, si pincho o en las cuestas y tramos más pedregosos, tiraré de zapatillas y arrastrarré la Peugeot a mi derecha.





Antes de la Torre Badún ya camino a pie un rato. Y al encontrarme en este hoy monumento a una pareja de montañeros vascos, con los que coincidí un poco anteayer en la Sierra, sigo a pie con ellos en distendida charla, bajando el cimentado "puerto"  primero y continuando hasta el Cuartel de Pebret después, donde nos despedimos.







Las playas del Russo, de Pebret y  de Irta, las calas Argilaga y de la Cabañita van quedando a mi izquierda, siempre a tiro de piedra. No está el agua para baños, pero sí para algún solitario con coche al lado en ellas. Después la Urbanización Prestige, una sorpresa que descubrí hace una década en mi anterior duatlón, junto al mar y sin acceso asfaltado que se mantiene fantasmalmente, me dice que ya estoy cerca de Alcossebre.







En el camino, como en la vuelta, me cruzo con algunos ciclistas en sus modernas MB y con trajes de Spiderman que les hace irreconocibles y difíciles de saludar. Ellos quizás me consideren un viejo cavernícola con su troncociclo. Esta mañana los todoterrenos y turismos apenas me estorban, por ser pocos y a velocidad moderada.  Y eso me parece mejor que prohibir su paso. Que algunos ciclistas y caminantes no somos  exigentes y sabemos compartir el camino, que debe ser para todos.









 Al ver la hora en la Playa de Acossebre, las 12,40 h., consecuencia de una ruta muy distendida, disfrutando del paisaje marino, humano y montañero, me propongo un  regreso más rápido. En una hora y 50 minutos llego puntual a comer a casa. Para mí, todo un récord teniendo que echar cinco veces pie a tierra para fotos y por cuesta, los difíciles 22,5 kms.  Es evidente que ésta no es mi disciplina deportiva habitual... y que tampoco pretendo competir en ella.















No diré los años en los que hoy entro, que el seguidor habitual los sabrá fácil, pero sí que me quedan muchas jornadas como ésta y la de anteayer antes del próximo Día de la República.

domingo, 12 de abril de 2015

FIESTA DE SAN ANTONIO EN LA SIERRA DE IRTA (350)

Esta vez no subo a la fiesta, sino que me encuentro con ella. Y de paso la retrato y aprendo un poco más del costumbrismo y consumismo de  los de Peñíscola y  Santa Madalena de Pulpis, de domingueros/movileros y también de algunos romeros/montañeros.


10,25 h. Yo me meto por la senda. La procesión con el santo tiene que seguir por la “carretera”. Son 3,9 kms. de pista polvorienta y/o cimentada en algún tramo más pendiente, como éste de la foto. Y otros 3 kms. desde  el casco medieval peñiscolano, donde duerme el hoy porteado durante no sé qué tiempo del año. Son las jóvenes poco más que veinteañeras las que predominan en el ascenso a pie.

El domingo pasado pasé por esta ermita en descenso, estaba triste y sola, en mi ruta PR-V.194-1 (la llamada de Vistahermosa, 425 msnv), completando 25 kms. de senda montañera y asfalto en 5,5 horas.


Hoy encuentro más vida. Es la fiesta en San a Antonio con comida popular gratuita, sólo a cambio del donativo de 1 €. 

Me alegra  ver casi de salida a un grupo de dieciochoañeros/as enfilar la subida a Cerro del Mar. De inicio pienso que vuelven de madrugada del "botellón" de la noche. Disculpas, jóvenes, por tardar en enterarme de que sois parte de los casi 200 que adelantaré después andando. Claro que en coche son más de 1000 los que me escupen el polvo del camino, incluyendo a la casta del estado policial y sus guardaespaldas y pelotudos. A las 10,45 h. termino el suplicio hoy añadido, en la ermita  con orígenes conocidos hacia el s. XII.

Dentro de la ermita, esperan al santo y a la misa. Seguimos en la España de los santos y las misas, ninguneando a la Constitución... "es un estado aconfesional".
A las 10,47 h. la actividad principal junto a la ermita ya parece sentarse, cotillear, beber y comer. Esto sigue siendo la España profunda.
De San Antonio hasta Mallada de la Rabosa (392) disfruto. Porque hoy hay "ambiente" montañero. A pie y en bici. Para adelantarlos y para cruzarlos. Para hablar con algunos. Casi cien llegarán a la fiesta andando desde Santa Madalena, subiendo al Castillo de Pulpis y rebasando dos veces (ida y vuelta) la cota máxima de la Sierra (435) Cuatro horas de deporte y algo de sufrimiento, son romeros de verdad. Un matrimonio de  75 años lleva muchos años haciéndolo sin fallar.
11,54 h. Cota más alta de la PR.V-194 (sólo 10 m. menos que la de la Sierra), en el desvío de descenso al Castillo de Pulpis y su pueblo de Santa Madalena.
Hoy intento hacer una mañanera muy ambiciosa, tras  salir a las 9 h.a pie de mitad camino entre Benicarló y Peñiscola. Son  6 kms. de asfalto hasta el punto de partida de la PR.V-194. La ruta montañera marca 26,2 kms. El polvo y la fiesta me ralentizan. Después, serán la charla y las fotos, pero con otro tipo de disfrute.





11,36 h. Casi en la cota más alta me cruzo y charlo con la familia Burgos-Segura, montañeros habituales y hoy romeros de mérito, que hacen  Santa Madalena-San Antonio "ida y vuelta en cuatro horas con los chavales". Campeones en todo Isaac (4) y Eric (9), con los que me hubiera encantado seguir en mi ambiciosa travesía... y me hubieran aguantado bien.

Una pareja de unos 50 años lleva casi mi paso. Me adelantan en mis numerosas paradas a fotear y charlar. Y así varias veces, porque después acelero mi ritmo. Me alegra mucho  que también hagan  el circuito "grande". Al final estamos obligados a caminar juntos. Por el andar en montaña me los imagino de Euskalherria. Acierto a la primera. No conocen la Sierra, pero se les ve curtidos de hacer la de Aitzgorri, al lado del Beasaín de su residencia. Abiertos, serios y agradables, me llevarán al final en su coche los  kilómetros finales de asfalto para  atravesar Peñiscola.  Calculo 33 kms. andados, para llegar a las 16 h. con el arroz de casa ya pasado, pero por mi culpa. La compañía lo merece, a pesar de las dos invitaciones quizás a mejores paellas en la fiesta y en otra pequeña masía, donde  hoy comían veintidós.

13,15 h. Los vascos Itziar e Iñaki, en el área recreativa de Mas del Senyor, con los que hoy he compartido ruta, charla y compañía en el final de la prorrogada mañana.
Llevo ganas de comprobar que la rehabilitada Mas del Senyor está cuidada. Me alegro al ver sus cultivos en aparente buen estado de producción y oir la fiesta, con chavalería incluída, de lejos y casi en el centro de la inmensa finca.

A13,25 h. En la rehabilitada masía del Senyor, hoy también había fiesta. El humo y la chavalería lo anunciaban a varios cientos de metros de la casa.
La bajada al mar por la estrecha senda del Despoblado de Irta me trae de nuevo las sensaciones de lo inmenso que trabajaron la agricultura en la árida y pedregosa montaña, con terrazos que aún se mantienen en su casi totalidad de pronunciadas laderas. Luego El Pebret, hoy casi bucólico lugar de baño y pesca, donde las ruinas del Cuatel de la Guardia Civil nos "hablan" del negocio de la entrada de la droga por mar  allá por la segunda mitad del s.XX.












Despoblado de Irta. Aqui hubo agua, pero no está datado desde cuando se habitó. Teniendo en cuenta la agricultura de la zona, tuvo que haber pequeños asentamientos, quizás desde el s. VIII.
La torre de vigilancia de Badum, siempre me merece el respeto de pasar por ella, mirarla, remirarla y llevármela en la cámara de fotos. Sigue siendo con diferencia el edifico mejor conservado de la  Sierra de Irta . Probablemente porque se construyó a conciencia y porque nunca la han restaurado. Que siga así muchos siglos... aunque con el depredador humano de hoy será difícil.

A las 14,40 h. me llevo a la Torre de Badum en mi móvil


Otra vez más, he hecho el paseo a pelo, con el sólo café con leche del desayuno. Contaba con el trago de agua en el aljibe de la ermita, pero hoy lo han candado... la Coca Cola manda! Conozco otro pozos de la sierra, muy pocos y de difícil localización y no aptos para urbanitas, pero no los he necesitado. Con 50 ml de agua y una naranja, oferta insistente de los guipuzcoanos, me ha bastado. En el tardío almuerzo y en la cena, me ha sabido a manjar el txakoli vasco y casero de otra giputxi... exquisito, Manoli!